-No lo comprendo. Me respondió.
-Siempre fuiste un gran chico. Me dijo.
Me reí, no pude evitarlo.
Me miró desconcertada.
-"¡¿Enserio?!" le respondí con ironia.
-Que triste, dime ¿te diste cuenta hasta ahora? Agregué.
El silencio era todo lo que ellas tenía en su boca.
-Que lastima que lo sepas y que lo supieras y no fuera suficiente para ti Le conteste echándole en cara mi disgusto.
-No entiendo, que haces al reclamarme el haber cambiado, ¿Para qué? Dime. ¿Ahora fui un gran chico?
Dime ¿por qué entoces escojias al payaso del salón? O al chico mujeriego, el don peligro, el de la fiesta eterna. El que se escapaba de clases, el que se peleaba con todos. Le dije sin más
-¿Por qué cambié?
-¿Por qué soy frío?
-¿Por qué soy distante y no te trato como antes?... ¿Quieres saber? Le pregunté.-Sí. Me respondió ella con su voz que se quebraba.
-Bien. Te lo diré cuando me digas por qué mientras me moría por estar con tigo todos los días, mientras te pensaba a cada hora sin parar, mientras esperaba inocentemente que te dieras cuenta de lo que me importabas y lo que significabas para mí. Tú elegías mil veces al idiota que sólo te veía como una forma de pasar el rato.
GustavDellor