seventeen

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Seungmin miraba desinteresadamente las papas fritas sobre su plato, jugando con ellas con su tenedor. En su misma mesa, sus tres amigos hablaban animadamente sobre algún tópico frente a él, pero realmente no estaba prestando demasiada atención a lo que sucedía a sus exteriores.

Frecuentemente recibía algunas miradas disimuladas de los chicos que trataban de descifrar que pasaba por su mente, pero tampoco era consciente de ello pues su mirada jamás abandonó su plato.

Repentinamente dejó su tenedor sobre la mesa y se levantó de su asiento, llamando la atención de los demás.

—Iré a hablar con Jeongin.— Dijo sin más mientras rodaba su silla bajo la mesa.

Félix abrió los ojos como platos y repitió la misma acción del menor.— Iré contigo.

— Tengan cuidado.— Exclamó Han aún desde su puesto.

Ambos asintieron silenciosamente y salieron de la cafetería bajo la mirada de los dos otros estudiante

Caminaron a lo largo de casi toda la escuela, recorriendo todos los pasillos y salones, sin embargo, Jeongin no estaba en ninguno de ellos. Ningún baño o aula, ni en la cafetería.

— ¿Estamos seguros de si siquiera asistió hoy? — Preguntó Félix, ya algo cansado de toda la caminata.

— No lo sé, está jugando a las escondidas tal vez.

Repentinamente, Seungmin se detuvo a mitad del corredor por el que se encontraban caminando y palmó levemente el hombro de Félix.

— ¿No es ese Jeongin? ¿El que está en la entrada de la universidad?

— Eso creo, vamos.

Ambos se dirigieron con largas zancadas hasta el lugar donde su avistamiento del chico se había encontrado. Seungmin intentaba copiar la actitud de Félix, demostrando una falsa emoción de desinterés en su rostro, sin embargo no lograba sentirse capaz de mantenerse de esa manera por mucho más tiempo. Él y todo su cuerpo lo sabían: por primera vez en más de cinco meses se atrevería a dirigirle la palabra a aquella persona que por tantas noches le causó insomnio, bajó sus sonrisas y lo confundió en demasía. No podía evitar temblar de nervios ante reconocer que estaba a segundos de enfrentar la situación que tanto lo aterró, pero ya no había vuelta atrás. Debía hacerlo, por sus amigos, y por Jeongin.

— Habla tú, por favor.— Murmuró con temblorosa voz mientras aún caminaban hacia el chico que les daba la espalda.

Al llegar, aparentemente Jeongin aún no había notado la presencia de los otros dos estudiantes. Parecía estar más interesado en fijar su vista en el automóvil que se encontraba estacionado justo en la calle frente a la universidad.

— Jeongin.— Tuvo que hablar Félix para llamar su atención. Yang susurró algunos insultos y se volteó lentamente.

— ¿Qué quieres, Fél- .— Se detuvo a sí mismo luego de notar a la otra persona junto a Lee. Se mantuvo boquiabierto y pareció negarse a completar su oración.

— ¿Qué insinuas con todas esas cartas? — Preguntó Félix, sin permitirle a su expresión seria tambalear.

En un movimiento sumamente rápido, el menor de los tres le dirigió otra mirada al automóvil que antes observaba. Al voltear de nuevo su labio tembló levemente.

— ¿A qué cartas te refieres? ¿Es que acaso también inventan cosas ahora? — Rió nerviosamente.

— Sabes perfectamente a qué me refiero.

— ¿Crees que estaría preguntándote si lo supiera? No tengo ni idea de qué cartas hablas y si realmente existen no tengo nada que ver con ellas, Félix.

— Si tienes que ver y lo sabes. Por favor, solo danos una explicación.— Pidió Seungmin en un hilo de voz temblorosa. Al escucharla, la mueca parecida a una sonrisa sobre el rostro de Jeongin desapareció.

— Yo...

"¿Por qué Jeongin está presionando su mano contra el borde de su camisa?" Pensó Seungmin

— ¿Estás solo jugando una mala broma? — Intervino Félix.

— Se los juro, chicos. En serio no creo saber de qué hablan, lo siento. No puedo hablar de esto.— Hablo rápida y avergonzadamente, confundiendo a los chicos delante de él. Pero su lenguaje corporal nervioso no duró mucho, pues simplemente miró al otro lado de la calle y la expresión seria e intimidante volvió a Yang.— Solo están inventando. No me hagan perder el tiempo y vayan a fastidiar a otra persona con más paciencia que yo.

Seungmin frunció el ceño ante el extraño comportamiento.

— Pero-

— Está bien, Félix. Gracias por tu ayuda, Jeongin, supongo.— Habló bajo Kim, tomando por el brazo a Félix y jalándolo para que siguiera su paso mientras se retiraba de aquel lugar. Ignoró todos los reclamos de Lee y se preocupó más por mantener su mirada fijada al frente y su mentón alzado. Lo que menos necesitaba era demostrar debilidad.

Eventualmente, Félix dejó de reclamar, notando el porqué del silencio del menor.

Al encontrarse nuevamente con Jisung y Minho contaron los hechos superficialmente. O tal vez solo fue Félix quien dijo alguna palabra. Tal vez Seungmin fue el único en tomar en cuenta el raro comportamiento de Jeongin.

Y tal vez, solo tal vez, fue Seungmin quien notó el mal maquillado moretón en la mejilla de Yang el siguiente día de clases.

smile for them // hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora