Palabras mudas sobre los sentimientos del alma.

6. Escritor de miseria.

Cuando la ansiedad ataca todo se vuelve incoloro para él y se siente más derrotado que ayer. Cada segundo del reloj es un reto difícil de superar porque la presión que se posa en su pecho no lo deja respirar. Se siente incapaz de llevar a cabo cualquier actividad porque la maldita ansiedad se encarga lentamente de mutilarlo mientras disfruta como se rindes a sus pies.

Todo en su vida se destruye sin previo aviso y cuando él se da cuenta está bajos los escombros de una felicidad destruida en millones de pedazos dejando sólo la zozobra y la tristeza como su única compañía. Una fuerte lucha contra ellas se desata, pero cada vez el contrataque se vuelve débil porque la fuerza que le queda se va desvaneciendo dejándolo a su suerte.

No quiere medicina, no quiere pasar por esa guerra... Él no quiere estar triste siempre o preguntarse qué demonio hace con su vida, pero su mente le susurra cada noche tratando de convencerlo que debe darse por vencido. Y, aunque trata de tomar el control no sabe qué hacer o qué decir, entonces la pequeña luz verde de esperanza en su alma se apaga y lo deja en la absoluta oscuridad.

-La vida es como un sueño despierto -menciona desde el césped mojado mientras contempla las estrellas. -Deseo despertar y vivirla.

-Despierta. Todo va a estar bien.

-Estoy llegando al otro lado -murmura ahora con los ojos cerrados y las lágrimas viajando por su pálido rostro. -Es todo lo que puedo hacer hoy.

-¿Qué cosa?

-Llorar.

El grandioso escritor que antes escribía hermosas historias de amor y fantasía, se volvió escritor de miseria en la oscura realidad que la ansiedad lo dejó.