14. Paloma blanca

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En el solitario balcón de un cuarto piso abandonado, se puede ver desde lejos un hermoso paisaje en medio de una noche nublada. Claramente se observa las siluetas oscura de las grandes montañas de una ciudad llena de una miedosa calma.

Las luces boyantes se cuelan como pecas en el paisaje dando la sensación de una noche estrellada. Un frío que lejos de ser acogedor abraza el doloroso corazón de una paloma blanca, cuyas alas viejas no puede volar como antes, se posa en el barandal esperando el momento exacto para dormir.

El rechinar del viejo piso se escucha sonoramente pues una intrusa ha llegado. La mirada hundida en tristeza de la paloma observa como lentamente aquellos pasos detrás de ella dejan un eco pesado.

Su corazón palpita de miedo por no saber las intenciones de aquello que ve. Intenta volar, pero sus alas no dan para más. Su respiración se agita tanto que le cuesta respirar. Sus débiles piernas intentar dar un paso, pero se queda en el intento. Llora en silencio porque no sabe qué le sucede y reza para que todo se detenga, pero no ha sido así...

La inofensiva paloma blanca estaba luchando, para salvarse de aquella enorme sombra que deseaba su alma ferozmente. Sí, aquella intrusa era la muerte personificada en una densa neblina oscura que absorbió todo en un santiamén.

Palabras mudas sobre los sentimientos del alma.Where stories live. Discover now