🌻18. Jaehyun 🌻

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《Jaehyun》

Segundos. Minutos. Horas. Días. Semanas. Meses.

No sabía cuánto llevaba con Yuta. ¿Dos meses? ¿Tres? Tal vez cuatro.

Jaehyun simplemente sabía que le fascinaba.

Yuta no era como todo lo que Jaehyun conocía. Yuta era diferente. Empezando por su vestimenta y terminando por su actitud. Podía ser muy grosero algunas veces, pero con él no lo era. Y eso, extrañamente hacía sentir bien a Jaehyun.

De tantas historias de amor leídas, vistas y contadas, Jaehyun se empezó a preguntar cómo sería la suya. En dónde conocería a la persona, cómo sería la persona, cómo sabría que aquella era la persona...

Muchas preguntas albergaban su mente. Y estaba casi seguro de que todas ya tenían respuesta. Bueno casi todas.

« ¿Por qué Nakamoto Yuta? »

Era la pregunta más importante que tenía Jaehyun. ¿Por qué Yuta?

Tal vez porque sus manos encajaban, no perfectamente, pero lo hacían de una maneja que Jaehyun nunca había visto antes en otras relaciones. Tal vez porque estaban atrapados en un cliché no tan cliché.

O tal vez simplemente sea porque realmente sentía que Yuta era aquella persona. Podía llevar apenas meses con el japonés pero para Jaehyun se sentían como años. Sentía, de verdad, que ya conocía a Yuta. Tenía tanta confianza con él. Yuta se quedaba a dormir en su casa, y viceversa.

Jaehyun nunca se aburría con él. Podrían estar hablando del tema más cotidiano y no se aburriría, porque Yuta sabría cómo hacerlo más interesante.

Yuta lo hacía reír y él hacía reír a Yuta (por lo malo de sus chistes, pero aun así lograba que riera).

Jaehyun estaba consciente de que su relación no era normal. O al menos eso veían los demás. Porque donde ellos encontraban una relación extraña y sin razón, Jaehyun encontraba el más bello e interesante noviazgo. No sabía el punto de vista de Yuta. Pero estaba casi seguro que acertaba con el suyo.

«¿Cómo seríamos si fuéramos una "pareja normal"? ¿Seríamos mejores?»

Jaehyun pensaba que no.

Y como se mencionó antes, podría apenas llevar solo meses con el castaño pero Jaehyun ya tenía almacenados varios recuerdos.

Como aquella vez en la cual fueron al cine y Yuta (como siempre) se había quedado dormido. Pero, al ser una película de terror, en cierta parte, la audiencia gritó, haciendo que Yuta se exaltara. Jaehyun disfrutó de ver eso.

O cuando fueron a una feria con Lucas y Jungwoo. Jaehyun quería entrar a la casa de los espejos y Yuta se negaba, aunque al final terminó aceptando. Jaehyun recuerda que durante todo el trayecto, Yuta no se despegó de él (algunas veces ni siquiera abría los ojos). Jaehyun pensó que era sumamente tierno.

Jaehyun tenía mil y un recuerdos. Memorias, vívidas, explicitas en su mente.

«¿Las parejas normales harán eso? ¿Recordar hasta el mínimo detalle?»

Todo había pasado muy rápido ante los ojos color chocolate de Jaehyun

Desde el momento cuando conoció a Yuta, hasta el minuto anterior, cuando le envió un mensaje.

Realmente no pensó que un chico que escucho gritar que su pene no era femenino tuviera tanto impacto en él.

Sonaba raro inclusive en su mente.

No sabía si eso era bueno o malo. Si ambos eran felices con ello, entonces era bueno, ¿no?

Sin embargo, Yuta era tan importante para Jaehyun que tenía miedo algunas veces.

«Eso no es normal...pero, ¿debería preocuparme? Nada en nosotros lo es...»

Porque nada lo era. Jungwoo se los decía. Ni si quiera sus regalos, puesto que cuando cumplió el mes con Yuta, simplemente se intercambiaron papitas. Jaehyun nunca pensó que debieron hacer algo más, porque, bueno, así eran ellos.

Ahora mismo caminaba a la casa de Jungwoo y de paso poder saludar a Yuta casualmente. El camino ya se lo había aprendido, al igual que las líneas del pavimento. Ya podría ganarle la próxima vez a Yuta.

Iba caminando lentamente, observando todo alrededor, como si fuera una película de Disney.

Y ahí había otra cosa. A Yuta nunca le llamó la atención Disney o algún derivado. Y Jaehyun era lo contrario. Sin embargo, Yuta aun así veía las películas con él.

Cosas como esas realmente significaban para él. También cuando Yuta le leía algún cuento. El japonés tenía una voz realmente suave, perfecta para un narrador.

Rió y visualizó la casa de Jungwoo, con sus perritos jugando en el patio delantero. Siguió derecho.

Notó que el auto de la madre de Yuta estaba ahí, y sus hermanitas cargaban maletas.

«¿Por qué?»

Apresuró un poco el paso.

Cuando estuvo ya frente a la casa, observó a Yuta. Estaba a un lado del auto, de espaldas.

—¡Yuta! —saludó.

El mencionado volteó—. Oh, hola, Jae.

Jaehyun sonrió—. ¿Por qué las maletas?

—Oh —exclamó, viendo las maletas fuera y dentro del coche—. Vuelvo a Busan.

Jaehyun dejó de sonreír y su mente se quedó en blanco.

«¿Qué?»

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