En mi nueva vida Temporada II

Una Pregunta, Una Respuesta

En el santuario las cosas habían cambiado un poco después de la batalla reciente, los hermanos de la diosa del amor y la belleza ahora tenían una nueva ocupación a parte de lo que anteriormente ya hacían, ellos no se arriesgarían a la probabilidad de perder a su hermana en una futura guerra, estas surgen cuando menos se esperan, así que ahora que fueron privilegiados con armaduras especialmente de la diosa Venus dieron inicio a un entrenamiento igualado al de los caballeros, su hermana se dedico a entrenar a sus hermanos durante un par de semanas continuas, para luego dejarles el camino libre de entrenar junto a los Santos de Oro, después de todo Tn se encargaba de entrenar a los reclutas más jóvenes, niños de eded corta que tenían el deseo de ser caballeros de Athena, después de todo habían muchas armaduras disponibles que aún no tenían dueño, fuera de eso ella se había preparado durante mucho tiempo antes de llegar al santuario para ejercer como maestra, el pueblo amaba a la chica castaña desde que se integró a la escuela, los niños aprendían y recibían mucho cariño de su parte, Mu entrenaba a diario con sus compañeros y se encargaba de entrenar a Kiki, nada nuevo para el, sin embargo su trabajo aumentó después de la batalla con Ares, las armaduras doradas habían sido dañadas y tenía mucho que reparar, y a pesar de eso el llevaba a cabo otra tarea muy personal de la cual nadie ni siquiera Tn tenía idea.

Los avances en potencial de todos los guerreros habían sido muy notorios, era obvio que los hermanos de ella tardarían mucho tiempo en alcanzar un alto nivel de pelea, pero para eso tenían la ayuda de sus amigos y de su hermana, Aioros y Aioria se hicieron baste cercanos a Steven y Chris, se entendían perfectamente desde hace mucho tiempo pero el entrenamiento los ayudó a entablar una amistad más cercana, fuera de eso cuando tenían tiempo libre y salían a pasear al pueblo solían ver de lejos a las chicas lindas que vendían flores y frutas, a excepción de Aioria cuando los otro tres chicos observaban en silencio el se retiraba, el menor de los hermanos de oro era feliz viendo entrenar a Marín y por qué no incluso entrenar con ella era algo satisfactorio para el, Lía se había vuelto más que la chica de los ojos de él caballero de los hielos ahora también era su rival, mientra Camus era todo un maestro de hielo, Lía era fuego vivo y sin control, una razón más que los hacía tan diferentes pero que los acercaba de manera increíble, algunos hubieran apostado a que Andrea hubiera sido una buena compañera de entrenamiento para Aioros, el arquero tenía una puntería infalible, mientras el arma de la chica era una lanza afilada y al hacer uso de ella a larga distancia se pudo observar que la puntería de ella era tan certera como la del centauro, sin embargo no necesitaba practicar algo en lo que ella ya era buena además Kanon lo impediría a toda costa, si bien el no era el ser más cariñoso del universo, sabía poner disciplina a la mayor de las hermanas, el era perfecto en técnicas destructivas y agresivas pero su delicadeza era nula y no veía a detalle el panorama de pelea, mientras ella no era la mejor en técnicas destructivas tenía un buen ojo para atacar en la raíz de los problemas y en encontrar rápidamente el punto débil de su rival, poseía un buen sentido para distraer a su adversario y encontrar el momento justo para atacar, sin duda una buena compañera para el menor de los gemelos. La vida de todos se había tornado diferente, pareciera que habían encontrado el rumbo correcto en sus vidas, Andrea era enfermera por profesión y desde que llegó al pueblo ejerció como lo hacía en la ciudad, mientras Lía se forjó como modista y diseñadora al igual que su madre. Todo iba bien, nada podía ir mejor ¿o si?

Cierto día luego de un duro entrenamiento el caballero de Aries se encontraba dialogando con algunos de sus caballeros, Shaka y Aldebaran sus mejores amigos, y Afrodita y Camus que se habían vuelto aliados en algo que definitivamente cambiaría el rumbo de la vida de él.

Afrodita: oye seguro lo pensaste bien

Mu: llevó más de seis meses pensándolo, estoy decidido

Aldebaran:¿ sabes que todo cambiará verdad?