¿4 años?¿5? Ya había perdido la cuenta de el tiempo que pasó luego de que tuvieron que separarse, pero se sintió como un siglo, pasar tanto tiempo sin ella fue una tortura.
Por que desde que se fue a estudiar a Boston, no pudo tener contacto alguno con ella, ni mensajes, cartas o llamadas, solo había algunos amigos de ella a los que podía preguntar, pero solo se limitaban a responder: Ella está bien. No sabía prácticamente nada sobre el rumbo que tomó su vida, si intentaba contactarlo, si preguntaba por el o si lo extrañaba.
Lo único que lo ayudaba a no perder la cabeza era la promesa que le hizo antes de irse, voy a volver por ti. Y hoy, luego de tantos años, por fin iba a cumplir esa promesa.
Compró un boleto para el primer avión que salía a Nueva York, sin importarle que salía prácticamente de madrugada, y pasó todo el vuelo mirando una fotografía en su teléfono.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
-Hoy vuelvo por ti, hermosa-Sonrió y guardó su teléfono de vuelta en su bolsillo.
[...]
Antes de ir a buscarla a su casa - O al menos, la dirección que tenía -, compró un ramo de sus flores favoritas, rosas rojas, por la película de V de Vendetta. Uno de muchos recuerdos lindos que tenía con ella, vieron juntos esa película infinidad de veces, y se le ocurrió que las rosas eran una forma de decirle: Aun lo recuerdo.
También fue a otro lugar, un edificio donde tenía un departamento, en realidad era de ambos, ahi se llevaban a cabo sus "encuentros". Tantas noches que se vieron a escondidas con la excusa de hacer un proyecto de la escuela, pues nadie, además de sus amigos, sabían de su relación.
Ahora que lo pensaba, era poco probable que los padres de Yelena en realidad le creyeran, considerando que regresaba a su casa llena de marcas de mordidas o chupetones, e incluso en una ocasión llegó sin poder caminar bien. Una de 2, o sus padres eran muy distraídos, o ella era muy buena disimulando.
En fin, en el tiempo que estuvo fuera de la ciudad, un amigo suyo le hizo el favor de cuidar el departamento, y vaya que lo hizo bien, cuando llegó todo estaba en orden y limpio. Obviamente le envió un mensaje para agradecerle por la ayuda.
Y finalmente, el momento que estaba ansiando desde que se subió al avión, tomó su auto y condujo hasta la casa de su hermosa chica. Volver a ese vecindario lo hizo sentirse de nuevo en el pasado, cuando tenía que estacionarse al final de la cuadra para que no vieran a la rubia subirse a su auto y le dijeran a sus padres.
Como en los viejos tiempos, otra vez se estacionó al final de la calle, tomó el ramo de flores y caminó por la acera, pasando por las diferentes casas vecinas, las que seguían casi iguales a como las recordaba, solo con algunas diferencias minimas.
No pudo reprimir un jadeo de emoción cuando vió en el mismo lugar la misma casa, la casa donde siempre iba a buscarla. Caminó con paso decidido hacia ese lugar, con el corazón latiendo tan rápido como lo hizo en su momento:
