-Te amo dijo en un tono dulce salvador, envolviendo entre sus brazos a la mujer que amaba.
-Yo también, te amo-respondió la pelinegra, en un tono meloso y lleno de amor.
-¿Qué tal si nos escapamos juntos?-propuso el pelinegro con ojos brillosos a la pelinegra.
-No sé si seré buena para ti, no sé hacer de nada!-confeso sus temores, ya que Beatriz era una niña de cuna, nunca en su vida, hubo movido un dedo para obtener lo que quería, siempre todo estaba a sus pies. Su padre se encargaba de eso.
-No me importa-contrarrestó él, con brillo en su mirada-, yo me encargo de todo. Lo único que necesitó es que estés conmigo-manifestó antes de besarla apasionadamente-. ¿Aceptas?-pregunto ilusionado.
Beatriz aguardó silencio por un segundo.
-Sé que soy un don nadie, que no puedo darte la vida a la que estás acostumbrada, pero te prometo que haré mi mejor esfuerzo para recompensarte en el futuro-manifestó él.
-No es eso tonto-, manifestó la joven.
Beatriz sonrió.
-Esa hermosa sonrisa en tus hijos, significa ¿que si?-cuestiono él.
-Sí-respondió, pero no bien ella respondió, él la tomo entre sus brazos y la beso con más pasión, para luego hacerle el amor con mucha delicadeza.
Beatriz y salvador tenían un romance clandestino que nadie sabía de ellos, ambos se habían enamorado perdidamente uno del otro, y a pasar de que sus condiciones sociales eran diferentes, ellos no veían impedimento para que su amor se llevara a cabo.
***
-¿Beatriz donde estabas?-cuestionó su hermano mayor al verla escondiéndose entre los albortos.
-Maldición, me has metido un susto! -, se quejó la joven depositando sus manos en su torso.
-No te hagas la estúpida?-rodó los ojos su hermano.
-Fer...
-Fernando, ¿donde estabas?-reclamo.
-Ya sabes donde estaba, para que preguntas-rodó los ojos la joven pasando por su lado.
Beatriz esto no va a terminar bien, en donde nuestros padres se enteren de que estás teniendo una relación sentimental con el chofer, te meterás en problemas-le recordó su hermano mayo.
-¿Tú le vas a ir con el chisme?-cuestión, encogiéndose de hombros, de solo imaginarse como reaccionaria su madre principalmente.
-Sabes que no. Te he estado guardando el secreto, pero las cosas se están saliendo de control-dijo Fernando preocupado por su hermana menor.
-No va a pasar nada-manifestó con una sonrisa en los labios, sin decirle a su hermano que pronto se largaría de esa casa para ser feliz, junto al hombre que amaba.
Ambos hermanos entraron en la casa.
***
Un día más tarde.
-Mañana nos vamos-le informo salvador, enseñándole los boletos del autobús, rumbo a su pueblo.
Beatriz besó a su amado emocionada.
-¡Entonces mañana te contaré un secreto que tengo guardado!-, dijo misteriosa la joven.
***
-Así que estás saliendo con ese muerto de hambre del chofer-, le reclamo su madre dos horas antes de fugarse con salvador.
-Mama dejame explicártelo todo-, dijo nerviosa la joven, pero su madre no se lo permitió.
-No te quiero escuchar-, manifestó su madre, llena de rabia he impotencia al imaginar a su hija en los brazos de un muerto de hambre sin futuro alguno.
-¿A donde me llevas ya los sabrás?-, menciono su madre con una mirada llena de odio.
Cuando ambas estuvieron en el coche y Emperatriz dio la orden de que la llevaran al lugar de su destino. Beatriz abrió los ojos como plato llena de pánico.
-¿Para qué me llevas a ese lugar?-cuestionó llena de miedo.
-¡Tú más que nadie sabes a qué!-, manifestó su madre, dándole a entender lo que ella pretendía.
-No mama, por favor!, te lo ruego. No me puedes hacer esto-, suplico, mientras lloraba a mares-, yo amo a Salvador.
YOU ARE READING
Domando a mi socio
RomanceSalvador no era el mismo joven inocente del pasado que cometió la estupidez de enamorarse de la hija menor de sus jefes, NO, el ahora era otro, dispuesto a vengarse de la mujer que un día amo con todas sus fuerzas, "la misma que lo menosprecio por s...