Encuentro

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Existen ciertos seres infernales que las creencias europeas aseguran que son capaces de tener relaciones sexuales con los humanos a través de los sueños, que esto funciona como una especie de extracción de energía, y hay suficientes testimonios que afirman su coexistencia en el mundo terrenal.

Normalmente a este proceso se le llama vulgarmente "la parálisis del sueño", sin embargo, no se necesita estar dormido para ser víctima de un incubo o alguna sucubo, solo es requerido que tu mente creé pensamientos libidinosos en la hora precisa.

Pero, lo que nadie dice de estos ángeles, es que son capaces de sentir atracción real por alguna víctima, y cuando lo hacen, deciden marcarla para que ninguno de sus hermanos la tome también, es como una especie de protección contra otras creaturas que acechan.

Por este proceso es que algunas veces las personas despiertan con arañazos, mordidas o moretones que no recuerdan haberse hecho durante el día anterior, pero, cuando la atracción por parte del demonio es más fuerte, llegan a grabar su signo infernal en los costados izquierdos de los cuerpos, como una clara muestra de que son contrarios a Eva.

Esto los vuelve inmunes ante algunos demonios, pero también los encadena a un ser en especifico, dejando básicamente su vida a merced de este.

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El cuarto era tan pequeño que la luz tenue de una vela delgada alcanzaba para iluminarlo, después de todo, personas como él no tienen permitido conservar tantas pertenencias que los aten a una vida mundana, esa vida llena de ambiciones, gula y lujuria, esa en la que se llamaba "hermano" solo con los que tenía un vínculo sanguíneo, la vida que, ante los ojos de dios, estaba mal.

Muchas personas a su alrededor se opusieron a la idea de que ingresara a un mundo como en el que estaba, quizá porque era un varón tan apuesto que parecía un desperdicio de carne o porque era el primero de su familia en tomar una decisión de esa índole, pero nadie manda sobre los deseos que la mente crea.

Nakahara chuuya, un hombre hecho y derecho de veinticuatro años pelirrojo de nacimiento y con unos pulcros orbes azulinos, su apariencia fue comparada muchas veces con la de los ángeles bajo el mando de Jofiel mientras era un sencillo seminarista, además de ser uno de los hijos adoptivos del matrimonio de los Ozaki, hasta donde se cree.

Creció en uno de los orfanatos fundados por el sacerdote Mori Ougai, quien se ha encargado de entrenarlo y colocarlo en el camposanto en el que labora hasta hora, sin embargo, cada parte de su historia conlleva un secreto como la del cualquier ser humano.

Secretos que no desea que salgan a la luz y que su cautiverio lo mantiene en una incertidumbre interminable, como quien busca una aguja dentro de un pajar.

Misterios por los que ora cada noche para que sean borrados de su memoria en algún punto de su vida.

- Padre nuestro que estas en lo alto de los cielos -hincado a los pies de su cama, a ojos cerrados y frente a la imagen de San Benito de Nursia, se mantenía aferrado a erradicar sus recuerdos- santificado sea tu glorioso nombre -el rosario enredado en sus manos era una clara señal de que intentaba con todas sus fuerzas entregar su cuerpo y alma a la vida sacerdotal- venga a nosotros los pecadores el reino de los cielos -durante mucho tiempo creyó que podría sobrellevar la carga de su pasado, sin embargo, se llama idiota muchas veces cuando comienza a desistir en su fe- hágase tu santísima voluntad así en la tierra como en las alturas -esos momentos en los que comete pecado, en los que su mente se llena de pensamientos cuestionables, esos momentos de debilidad en los que fácilmente puede ser devuelto a las llamas del mundo mortal- danos en pan bendito de cada día -hubo una brisa deliciosa que inundo su habitación, por el calor de los últimos días dio incluso gracias a los cielos por dicho soplo de piedad- perdona nuestros pecados y ofensas así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden -sin embargo, dicha brisa calmante hizo que las velas dedicadas a las vastas imágenes religiosas que llenaban la estancia se apagaran de golpe- no nos dejes caer en las tentaciones del enemigo -pronto se dio cuenta de que no era un soplo inocente, así que, apretando más la cadena bendecida hace unas semanas entre sus manos, intensifico sus plegarias- y protégenos de todos los males del infierno -de pronto hubo un ruido que le hizo abrir los ojos, cuando volteo a donde creyó que era el origen, se persigno, pues la representación de la crucifixión yacía hecha trizas al pie de la puerta- amen -dio por terminada la oración y se puso de pie con lentitud-

Ruega por élWhere stories live. Discover now