Pared De Papel

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Era un día soleado cuando nos conocimos, fue mera coincidencia tal vez, nos cruzamos en el jardín de niños cuando íbamos agarrar el dulce que queríamos, resultaba que era el único que quedaba, ambos habíamos agarrado el dulce, por un lado, ambos nos mirábamos sabíamos que ninguno iba ceder, después de todo por naturaleza somos seres tercos, de tanto forcejar el pequeño dulce se partió en la mitad, ambos pudimos comer aquel dulce y ahí nos empezamos a juntar más, así terminamos siendo mejores amigos hasta la secundaria, que todo cambio, que todo se destruyó, donde amistades se rompieron, donde corazones se partieron, donde el resentimiento quedo.

¿Cómo llegamos a ese punto?

¿Fue por habernos conocido?, posiblemente, tal vez si no nos hubiéramos conocido tal vez no hubiera sido tan desastroso.

Dependiendo de cómo fuera, el pasado no se puede cambiar como no se puede cambiar nuestro presente.

Como no puedo cambiar el día donde mi corazón se fragmento.

- Lee Minho, esto no funcionara- dijo Felix sin querer ver el rostro de su novio, porque si lo viera posiblemente no podría terminarle, no podría resistirse a sus palabras dulces prometiendo que todo va a mejorar cuando ya todos sabemos que no es así.

- Por favor... no me dejes Lixie- dije resistiendo las ganas de llorar que sentía en ese momento

- Lo siento Minho, pero sabes que es lo mejor, yo no me siento bien y no quisiera afectarte- dijo Felix mientras las lágrimas parecían asomarse peligrosamente.

- Lo entiendo, ¿pero seguro que no es por lo que dijo Cristopher? - dije sabiendo que tal vez la razón por la cual mi relación con Felix se había empezado a fragmentar, porque si no hubiera metido las narices tal vez nunca hubiera llegado a aquel momento, si tan solo no me hubiera dicho enfrente de su hermano que me iba a estudiar al extranjero, tal vez Felix no hubiera tomado esa decisión, porque yo no me iba ir y dejar solo a Felix, aunque sea por una estúpida beca en Londres, pero al parecer Felix no pensaba igual.

Observe como cada paso se alejaba de mí, como cada vez se hacía menos visible, hasta que desapareció, dejando una tormenta en mi corazón una tormenta que nunca cesaría, o bueno eso creía yo, hasta que la tormenta de dolor, se convirtió en una tormenta de odio, deje de llorar todas las noches esperando que Felix viniera a consolarme, olvidando que en nuestra mundana rutina ya no estaba el, que ya no estaría esperándome, todo se convirtió en odio, odio por Christopher Bang, el hombre que arruino lo más bonito que había tenido, me pase noches aumentado mi odio por Christopher, días donde prefería ignorar al mayor mientras esperaba el momento de comenzar su venganza, claro está que un día no pudo más y termino diciendo todo lo que su corazón albergaba, por esa razón cada vez que se ven casi terminan matando si no fuera porque sus amigos los separan, prácticamente era su rutina.

Porque era mejor tener odio en su corazón que dolor, porque el odio podía ser menos doloroso que el dolor.