¿Quién no recuerda la emoción al confesarse a su crush?, es algo indescriptible, es simplemente la mezcla de todos los sentimientos posibles y eso es lo que sentía Cristopher Bang al dejar una nota en la maleta de Park Minho, donde confesaba sus sen...
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- Con que me amas tanto- dije con ironía
- Ni de broma- dijo Christopher serio
- Bueno es verdad, amas al otro Minho, me da lástima porque yo soy mejor- dije en tono superior.
- Sí, claro- dijiste sarcástico
- Me imagino que sería una pena que se enterara por mi boca, ¿no? - dije juguetón
- ¡No!, por favor no le digas- dijo Christopher temeroso
- Calma, Azulito, no diré nada, a cambio de que hagas lo que yo diga por cinco días, ¿qué dices?
- ¿no tengo otra opción?
- No
- Entonces acepto.
- Esto va ser divertido azulito, tienes que tener cuidado de no quemarte.
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la verdad al principio pensé que iba a ser un martirio, pero resulto tan bien, si claramente pelábamos mucho, pero eran peleas infantiles y divertidas, recuerdo que el primer día, prácticamente me secuestraste, entraste a mitad de clase y me sacaste corriendo, me llevaste a comprar ropa, fue divertido porque nos probamos casi todo el almacén y lo combinamos con cosas que sinceramente si nos hubiera visto un crítico de la moda nos hubiera dado la peor puntuación, luego caminamos por las solas calles, también aclaramos muchas cosas y al fin decidimos seguir como amigos que se odian , el segundo día fuimos a la playa, jugamos demasiado y por accidente casi te beso, me sorprendió el ver que no quisiste quitarte, aunque lo que nos separo fue una llamada de mi parte, el tercer día fuimos a un teleférico, pero por andar peleando con la nieve del lugar llegamos tarde y que cuando entramos, cerraron olvidando que estábamos ahí, por suerte habías traído un gran abrigo y nos abrigamos, fue algo muy cálido, casi me desmayo de la emoción, el cuarto día me habías dado una dirección, pero me perdí, tu como idiota no pensaste en llamarme si no te preocupaste de que algo malo me hubiera pasado y saliste como loco, hasta te lastimaste en el proceso, la única forma que di contigo fue porque gritabas mi nombre como un loco, cuando nos encontramos me abrasaste, un abraso tan melifluo que mi corazón se derritió, nunca pensé que te preocupara tanto, en esos días me di cuenta que habías cambiado, eras como el antiguo Minho, y esos días me di cuenta que mis sentimientos seguían ahí y crecían, no pude evitar no amarte eras tan dulce y tierno, adoro escuchar tu risa, adoro estar contigo sin sombras o fantasmas, en tus ojos encuentro la magia que le robaste a la luna, y cuando tus bellos ojos están felices brillan en miles de cosmos de magia.
