°• Jugadas Del Destino •°

capitulo 1. bolita de amor

- Bueno el nombre de esta linda bolita de amor es Jeon Jungwoo, con tres semanas y dos días de nacido - 

hablo con una voz melosa llena de amor, mientras acunaba al bebe entre sus brazos.

 - ¿está cosita tiene tres semanas apenas?, y ¿la mamá, dónde está?, no debería estar contigo, tu bebé necesitará de su mamá , estás semanas en adelante necesitará mucho a los progenitores -

 pregunta tras pregunta atacó al pelinegro, no sabía que responder, no sabía que palabras usar para evitar que sonora lo menos doloroso en parte.

- Pues, tuvo que volver a estados unidos por su último semestre de universidad recuerdas que te dije - 

su tono era algo nervioso, el castaño sabía que algo estaba mal, no recordaba que el pelinegro dijera eso, el podrá tener mala memoria pero para su mejor amigo y el chisme siempre tendrá la mejor mente.

- ¿seguro?, te noto algo dudoso- 

 a atacar el castaño,  una mirada acusadora apareció en los ojos del menor.

- si, bueno es que es algo asi ,ja, ja - 

dijo con ligera tristeza notable,  no sabía por qué a su mejor amigo no podía ocultarle nada, no sabía por qué esa sensación de mentirle se volvía más fuerte, no tenía idea de por qué cometió el error más hermoso del mundo, y de la nada sentirse culpable, culpable de quitarle nueve meses a aquella Omega rubia de su último semestre, de retrasarla, las burlas que paso, sentía como si hubiera traicionado a lo que más ama en el mundo, y en cierto modo no se equivocaba del todo.

pues ¿realmente fue su culpa? No, el sabia que nada de lo que paso fue culpa de el, si bien cayo en su juego, el solo fue una marioneta, fue un experimento.

- se que nos volvemos a vernos después de un largo tiempo, y se que apenas se esta volviendo a fortalecer nuestra amistad y la confianza igual, así que tú cuéntame cuando estés listo, no te voy a presionar para que me digas todo los detalles, está bien - 

menciono, su voz expresaba sinceridad, sus ojos demostraban lo mismo, sabía que el castaño sería lo mejor que le hubiera pasado en el mundo.

 - muchas gracias Taehyung, te lo agradezco enserio -

 mostró su típica sonrisa de conejito.

- bueno que esperamos, vamos a ver los trajes, estuve viendo las tiendas de este centro comercial y hay una en específico que me encanto, vamos kookie, pero antes me... me -

 no sabía como pedir permiso para poder ayudar al pelinegro a descansar un rato de cargar a Jungwoo, no paraba de mirar al pequeño niño durmiendo y a Jungkook, su mirada no ayudaba mucho ya que no era nada disimulada.

 -¿que pasa tata, quieres cargarlo? -

 ofreció el pelinegro sabiendo lo que quería el castaño, ya que su olor lo delataba, al igual que su nerviosismo, algo tan típico de el cuando quería algo, pero no sabia como decirlo... no había cambiado nada.

 - ¡enserio puedo, de verdad! - 

la emoción lo invadió, su Omega internó se estremeció, empezó a saltar por todos los lados, su instinto le decía solo dos cosas.

cuidar y proteger.

- claro que sí Omega bobito, ven solo tenemos que componer su postura para que esté cómodo -

 el momento en el que Jungkook agarro los brazos de Taehyung sintió como una corriente eléctrica pasaba por sus venas, como sus cuerpos se sentía un cosquilleo recorrer cada parte de su ser, de una manera que no podían explicar, al tan nuevo.