1: Mansión

142 24 5
                                    

Salí de casa apresurado, con el bolso medio guindando en el hombro derecho y una tostada en mi boca mientras corría a la parada de autobuses, el día comenzó pintando que hoy estaría lleno de complicaciones, solo había podido dormir cuatro horas por haberme trasnochado haciendo los deberes a último momento, mi alarma no había sonado y cuando mamá subió a levantarme me quedaban solo cuarenta minutos para bañarme, guardar mis cosas en el bolso y desayunar, y eso solo si quería llegar en autobús.

Cuando entre a la ducha el agua fría golpeo mi cuerpo con fuerza, al parecer, mi papá había aprovechado el despiste de su hijo menor y consumió el agua caliente que quedaba, luego descubrí que no tenía uniforme de gala limpio, tuve que conformarme con el mono de deportes y las botas. Cuando baje por el desayuno mi padre me miró correr por la cocina y el pasillo antes de soltar una risita ahogada, sabia que él había acabado el agua caliente, no tenía dudas.

Y ahora, el autobús me había dejado botado.

- No puede ser en serio - murmuré preocupado, este día iba de mal a peor.

Corrí por toda la avenida principal dispuesto a llegar a la preparatoria a tiempo, aún si significaba sacrificar mi poco y escaso rendimiento físico. Cruce dos cuadras a la izquierda antes de llegar a las puertas de la preparatoria Santo Torino, por suerte había llegado justo para la primera clase sin necesidad de toparme con algún profesor listo para regañarme.

Llegué al salón agitado y sintiendo las piernas de gelatina, me senté en mi puesto y suspiré, tal vez debería de empezar a ejercitarme y comer un poco más, si hubiera estado en una situación de alto riesgo ya habría sido atrapado, secuestrado, cercenado y vendido por partes en el mercado negro.

- Buenos días, Izuku - la voz de Eijirou se escuchó demasiado cerca, mandando mil escalofríos por mi cuerpo, volteé a verlo de reojo mientras sacaba mis cuadernos -. Veo que empezaste tu día con el pie izquierdo - señaló con una sonrisa divertida.

- Me acosté tarde haciendo deberes, la alarma no sonó, el agua salió fría y no pude desayunar bien, sumemos que tuve correr para llegar a tiempo porque el autobús me dejó atrás y mi condición física es pobre - le conté enlistando todo lo que me había sucedido en tan corto periodo de tiempo.

- Vaya, de verdad que no es tu día - dijo con pena.

Suspiré, realmente no era mi día, y apenas eran las nueve de la mañana.

- Por cierto, los chicos dijeron que hoy iríamos a casa de Shouto a..., eso - me recordó con gesto desinteresado.

- Eijirou, si no quieres ir está bien, no es necesario

Él nego y dejo salir un suspiro cansado - No es eso, solo no quiero dejarte solo en esa tontería que planean - explicó, haciendo que me sonrojara.

Era estúpido, Eijirou se preocupaba por mi como lo haría por cualquier otro. La entrada del profesor hizo a todos correr a sus puestos.

- Muy bien, chicos, saquen sus libros y ubiquense en la página 47.

Mordí mi labio pensando, volteé a ver a Eijirou; que se encontraba sentado al fondo, y este me saludo con una sonrisa. Regrese la vista al frente, a mi libro, mientras sentía que mis mejillas se calentaban otra vez, mientras mi subconsciente me decía que por más que intentara evitarlo, ya era tarde, había caído.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 23, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La OUIJA Ya Pasó De Moda || BNHA || BLWhere stories live. Discover now