Locura.

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Habían pasado dos días, trece horas, cinco minutos y alrededor de treinta segundos desde que Jennie fue informada del escape de Lisa.

No podía explicar siquiera como se sentía en ese momento, porque no había más que un enorme vacío en su interior. Aquel sentimiento era algo que no había sentido nunca antes y a decir verdad la estaba matando del miedo.

El rumor se había extendido bastante rápido, ninguno de los chicos que estuvieron presentes en el hospital aquel día sabía con exactitud por qué de una manera tan repentina todo el instituto se había enterado acerca de la desaparición de Lisa.

Era algo irónico; la chica jamás había sido el centro de atención cuando estudiaba en el edificio, y cuando lo era había una razón muy desagradable que lo explicaba. Cuando los demás notaban su existencia era sólo porque el idiota de Jongin y su numeroso grupo de amigos decidían ir a fastidiarla siempre que tenían la oportunidad.

Jennie creía que era muy hipócrita por parte de sus compañeros, quienes habían comenzado a preocuparse por ella desde que se enteraron de que en cualquier momento podría morir.

Ese día, Jennie consideraba que era algo bastante devastador. No podía siquiera recorrer los pasillos del instituto con tranquilidad... no podía hacerlo por una razón en específico; el tema de conversación que resonaba entre las paredes del corredor era la desaparición de Lisa.

—Los oficiales de la ciudad son verdaderamente inútiles.— Bufó el pelinegro en silla de ruedas.

Taehyung había sido el primero en enterarse de la desaparición de Lisa después de los cuatro chicos que habían estado en el hospital, o al menos eso querían creer, Jungkook no había tardado en darle aquella noticia tan trágica a su chico.

Era cierto que Tae sólo había saludado a Lisa un par de veces cuando iba a recoger a su novio en el hospital, también había intentado hablar con ella el tiempo que había estudiado junto a la chica en el colegio, pero él al igual que todos los demás estudiantes tenía miedo de lo que podría pasarle si tomaba la decisión de hablarle.

Lalisa Manoban siempre fue considerada como un bicho raro, o al menos eso pensaban casi todos los estudiantes que la conocían, o que creían conocerla. Sabían que si alguien los encontraban hablando con ella sería el final de su vida social en el colegio. La regla era que, quien le dijera tan sólo la hora a la chica de piel pálida sería maltratado igual o peor que ella.

Lisa había sido tachada como un bicho raro, pero también era conocida por ser el mayor trofeo en la repisa de Kim Jongin.

Por supuesto, al ser el chico más popular del instituto desde aquel entonces, el antiguo capitán del equipo de baloncesto e incluso por tener la fama de ser el rompecorazones del colegio; él tenía una repisa de trofeos.

Lisa era el premio mayor que reposaba encima de la repisa del chico, o lo había sido. Él había conseguido que ella le temiera, e incluso que hiciera cualquier cosa que le pedía.

La chica no era más que un fantasma que merodeaba por los pasillos. Todos fingían no sentir culpabilidad al presenciar los maltratos que recibía por parte de los alumnos de último año, y como si aquello fuera poco, ellos preferían ignorar su existencia.

Creían que no correrían ningún riesgo si se mantenían alejados de ella.

—La encontrarán pronto.— El castaño intentó animar a su novio, quien no había sido capaz de dormir siquiera cinco minutos en los últimos dos días.

Jungkook había intentado hablar con Jennie, él quería asegurarse de que ella no tuviera por lo menos una pista de hacia donde se había dirigido Lisa.

Desgraciadamente no la tenía.

La castaña pudo escuchar que alguien a sus espaldas no dejaba de hablar acerca del escape de Lisa. Apretó los ojos mientras se llevaba ambas manos a su cabeza, tenía la esperanza de que si pensaba en alguna otra cosa no escucharía lo que aquel chico estaba diciendo de su chica.

—Que hecho tan peculiar.— JK frunció el ceño; él también lo había oído. —No recuerdo haberle informado a alguien sobre el incidente de Lisa.

A decir verdad, ninguno de los cuatro chicos que estuvieron en el hospital la mañana siguiente del escape de Lisa junto con Jackson había hablado acerca de aquello en el instituto, de hecho ni siquiera habían tenido la oportunidad de hacerlo.

El día siguiente ya todos se habían enterado de lo sucedido... nadie podía explicarse cómo lo habían hecho.

—Nadie lo hizo.— Murmuró Jennie.

—Los rumores en la ciudad corren tan rápido como el correcaminos siendo perseguido por el coyote.— Mencionó Taehyung.

El pelinegro rió por lo bajo al escuchar aquella comparativa tan infantil que había hecho su novio.

—¿Has hablado con el Joker?

Una pequeña sonrisa se formó en la comisura de sus labios.

Jennie no había sido capaz de memorizar el nombre de aquel chico de cabello castaño que les había hecho una oferta en el hospital, pero la castaña decidió ponerle el apodo de "The Joker" debido a la actitud que había demostrado días atrás.

Había sido sencillo para Jennie notar que el sujeto estaba desquiciado, pues no parecía para nada un chico con la cordura suficiente como para hablar sin titubear. Ella recordaba todos y cada uno de los ademanes innecesarios que había utilizado para expresarse, o al menos para hacer un intento de ello, pero... la cosa que lo hizo merecedor de aquel apodo fueron las risitas escalofriantes que se escapaban de vez en cuando de sus labios. Claro, agregando también que la mayoría de cosas que había dicho no tenían ningún sentido.  O eso había creído.

—No.— Respondió. —Y no lo haré.

La castaña frunció el ceño.

—Queda sólo un día para tomar una decisión JK.— Recordó Jennie. —Los oficiales sólo han sido capaces de encontrar un par de pistas.

El chico en silla de ruedas asintió levemente al escuchar aquello. —Sí, pero... ¿qué te hace pensar que de verdad sabe hacia dónde se fueron?

Jennie se encogió de hombros.

—Habló con seguridad.

Él soltó una risa irónica. —Esta desquiciado, Jennie.

Asintió, indicando que estaba de acuerdo con sus palabras. Era evidente que el chico llamado cuervo estaba desquiciado, la mayoría de los internos le temían debido a aquello, pero ¿Era él un chico realmente malo? Nadie podía estar seguro de ello.

Nadie conocía lo suficiente a Bambam como para decir con la mayor seguridad del mundo que él era un chico peligroso.

—Sí, pero ¿Por qué no le damos una oportunidad?

El cuerpo del chico se estremeció solo con pensar aquello. —¿Tu también estás loca?

Ella se rascó la cabeza mientras pensaba cuidadosamente la respuesta correcta a la pregunta de su amigo.

—Estoy enamorada.— Afirmó. —¿Cuenta?

El castaño se echó a reír al escuchar las palabras de la castaña mientras asentía con seguridad. —Prácticamente es una forma de locura.

La castaña asintió. —Pero habló en serio JK... ¿Desperdiciaremos nuestro tiempo buscando a Lisa sin siquiera saber dónde buscar?— Cuestionó. —El tiempo es demasiado valioso ahora...—Suspiró. —debemos encontrarla antes de que decida hacer alguna tontería.

El menor sonrió después de que Jennie terminó de hablar. Él sabía perfectamente que Lisa no se arriesgaría de esa manera sólo para hacer una "tontería".

La Chica En El Bosque //JENLISA//Where stories live. Discover now