𝕵𝖚𝖓𝖙𝖆𝖘 𝖆 𝕮𝖆𝖑𝖎𝖋𝖔𝖗𝖓𝖎𝖆

1K 40 3
                                    

Las dos Wheeler seguían ahí atrapadas, viendo todo lo que Vecna les quería mostras.

Ellas seguían ahí, con el padre de Once haciéndome un tatuaje a Henry...

—Terminamos —Dijo Brenner limpiando el tatuaje—. No estuvo tan mal, ¿o si? Sencillo. No había nada que temer. ¿Cierto, hermanas Wheeler? ¿Por qué no se sientan?

—Corre —Dije Fer y ellas solo salieron de aquel cuarto.

¡No!

Escuchaban las chicas como niños gritaban.

Ellas solo corrieron hacia otro lado.

Por el lado de los chicos, ellos solo trataban de buscar algo con que pudieran despiertar a las dos chicas.

—Nancy, ¡escúchame! ¡Escúchame! —Le gritaba Steve a la mayor de los Wheeler—. Si, ¡no se que estén haciendo, pero apurense!

—¡Steve dice que se apuren! —Grito la menor de los Sinclair.

—¡Si, no me digas! —Le grito Dustin.

—¡Tratamos, pero no hay nada! —Grita Max—. ¡Diablos, Fer despierta! ¡Busquen algo de Queen!

—De verdad, ¿que es esta mierda? —Le grita Robin a Eddie.

—¡Ni siquiera se que estámos buscando! —Le grita ahora Eddie a Robin.

—¿Madonna, Blondie, Bowie, Beatles? ¡Música! ¡Danos música! —Le dice Robin mientras ve la caja que había traído Eddie.

—¡Esto es música! —Le grita ya arto.

Las otras dos chicas solo seguían corriendo. Llegaron a una puerta que tenía madera cruzada para que no pudieran sacarla.

—Hay que sacarla, ayúdame —Le dijo Nancy a su hermana menor.

Ella sin pensarlo la ayudo, lograron sacar una tabla, pero una voz la interrumpió.

—Nancy... Fer... —Las dos chicas se voltearon lentamente y vieron a el venir a paso lento— ¿Que creen que hacen? No es hora de que se vallan.

Las dos chicas sin pensarlo siguieron tratando de sacar las tablas.

—Ahora que pudieron ver dónde he estado, me gustaría mucho mostrarles... a dónde me dirijo.

Siguió hablando Vecna, pero las chicas lograron sacar una última tabla para que les diera acceso a poder salir.

Las chicas entraron, pero volvieron a dónde habían estado al principio.

—Siéntense, Wheelers. —Dijo Brenner, pero con una voz distinta.

Las luces se apagaron y al prenderlas las dos chicas aparecieron sentadas y amarradas en las sillas que habían ahí.

—Mierda, no, no, no, no. —Dijo Fer desesperada al ver a Vecna al frente de ellas—. ¿Que mierda quieres con mi hermana? —Le pregunto.

—Nada, solo le mostraré cosas. A ti ya te he mostrado mucho, Fernanda. —Me dijo y se empezó a acercar a Nancy.

—¡Por favor, a ella no! ¡Me tienes a mi! —Le suplico.

Vecna no le hizo caso y solo siguió acercandose a Nancy.

—Ahora, quiero que le digas a Once... quiero que me cuentes todo lo que veas. —Le dijo Vecna y dirigió su mano a la cara de Nancy

—¡No! ¡Déjala! —Le gritaba Fer.

𝐒𝐢 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐚𝐬 ~𝐌𝐚𝐱 𝐌𝐚𝐲𝐟𝐢𝐞𝐥𝐝~ Onde histórias criam vida. Descubra agora