adaptación | El guepardo Taehyung quiere cachorros, siempre ha querido cachorros. Y la desesperación por satisfacer esta necesidad natural lo agobia de una manera inimaginable.
¿Tal vez sea momento de expandirse y marcar más allá de su territorio?
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La pérdida de cachorros ya sea a manos de depredadores externos o Alfas agresivos es algo común, Taehyung lo sabe. Siempre estuvo consciente del riesgo y aunque soltar el recuerdo de su travieso cachorro fue difícil en su momento, logró salir adelante poco a poco.
En cambio, Jungkook se notaba distante, pensativo y a veces le era imposible disimular su caótico estado de ánimo por mucho que intentara sonreír. Aún así el Alfa nunca se apartó de su lado, jamás desquitó sus frustraciones en ellos y veló por su seguridad y la de sus crias sin descanso alguno.
Pero de pronto una mañana, Jungkook se marchó dejando intranquilo a Taehyung. El guepardo sin embargo siguió con su vida y esperó reencontrarse con Jungkook dentro de un par de días como ya era costumbre, haciendo a un lado los pensamientos turbulentos que acechaban en su mente.
Lo que se supone sería un par de días, se convirtió en semanas sin noticias de Jungkook y para ese entonces, Taehyung ya sospechaba que algo malo debió ocurrir.
Noche tras noche, el guepardo lo esperó bajo la luz de la luna, ansioso por su reencuentro. Y un día, su mal presentimiento se confirmó al observar atónito los restos de sus atacantes cerca del abrevadero. Supo de inmediato que la grotesca exhibición de sangre y carne cercenada fue obra de Jungkook e incluso pudo sentir la mirada del jaguar a pesar de la lejanía.
Cuando el sol se ocultó lo suficiente, Jungkook regresó en silencio a la cueva. El guepardo sale andando en sus piernas humanas tan pronto lo escucha acercarse al territorio y, al verlo salir de los arbustos, lo que Taehyung ve es mucho peor que la exhibición sangrienta del abrevadero.
Bajo de peso, cojeando, con notorias heridas profundas abriendo la piel, manchando el corto pelaje negro y un largo corte en el rostro de lado derecho que atraviesa en vertical, así fue como Jungkook apenas logró llegar sobre su cuatro patas. Es difícil de ver, el guepardo está impactado por el estado deteriorado en el que Jungkook se encuentra.
Taehyung da un paso pero el Alfa muta y se transforma en humano antes de poder llegar a él. Jungkook respira agitado en el suelo, incluso cambiar le resulta agotador.
El cuerpo mallugado, con moretones de diversas tonalidades y cortes no deja de temblar, aún así, el pelinegro tiene la fuerza necesaria para colocarse de rodillas y mantener la cabeza en el suelo. Taehyung no comprende pero Jungkook está mostrándole arrepentimiento con su lenguaje corporal.
No puede ni mirar a Taehyung sin sentir culpa.
Un cambiante con conocimiento humano es peligroso y por lo general terminan excluidos o tratados de manera diferente al resto. Entonces, además de exponerse a los otros cambiantes y arriesgar su vida, Jungkook no consideró cómo sus acciones podrían repercutir en Taehyung y su relación con los demás.
Actuó bajo el instinto más perverso y dañino que es el de la venganza. Sí, fue estúpido, peligroso pero...
—No pude quedarme de brazos cruzados, Taehyung. Lo pensé por mucho y siempre llegaba a la misma conclusión: Acabarlos. —Murmura siendo sincero, sus orejas se aplanan sobre el pelo negro rizado y se mantiene sin levantar la mirada— No lo lamento por ellos, los mataría y haría sufrir de nuevo sin pensarlo y sé que eso no es natural, al menos no para un cambiante como tú. Temo que en el futuro mis acciones te lastimen y no podría soportarlo. Creo que no soy lo que buscas y si decides alejarte de mi lo voy a comprender. Tú seguridad y la de los cachorros es primero; lo siento por no poder reprimir mis sentimientos.
