"Mitos del destino"

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Buenas noches mis preciosas criaturas, Aiiri ha vuelto después de su bloque de escritor.

Quiero disculparme por la larga espera y agradecer su bendecida paciencia, no saben cuánto les amo. 

La historia se empezará a adentrar al romance por fin! pero siempre a mi estilo, así que el drama sigue. Puede que los capítulos los acorte y escriba sólo lo necesario del capítulo. 

No tengo nada más que decir! 

Perdonen todos mis errores!

Disfruten de su lectura.

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"No quiero que el tiempo lo sane todo, sólo quiero que pase"

Los orbes esmeraldas sabían que debían detenerse en cuanto los océanos aparecieron tan de repente en la oscuridad, pero su corazón estaba atravesado y no podía parar el sangrado que le estaba destrozando. ¿Realmente era cierto lo que ese libro decía?, ¿Podía creer?, ¿Podía descreer?, inventar una nueva leyenda con nuevas leyes que apaciguara a los maldecidos por el destino, ¿Existiría alguna que estuviera de su lado? Para así poder revertir todo el tormento que el destino le había impuesto, ser siempre un odiado por la vida era realmente injusto, desequilibrante y no entendía cómo la luna podía observar y aceptarlo.

­—¿Makoto?, ¿Qué sucedió? —¿Su desaparición tenía que ver con el estado de su amigo? estaba tan ensimismado en su mundo que olvidó por un momento la hipersensibilidad con la que trataba a Makoto. Se acercó al muchacho y le tomó delicadamente el hombro, pudo notar que el chico sostenía un libro junto a su celular— Dime, ¿Qué pasa?

—No es nada —Se secó las lágrimas con el antebrazo, cerrando de inmediato el libro para que Haruka no leyera. Le entregó su celular mirando hacia un lado y evitar el contacto visual— Tienes unos mensajes para ti —Dijo algo avergonzado y alejándose para darle privacidad a su mejor amigo, pero este lo detuvo ignorando el teléfono.

—No es importante, ahora importas tú —Makoto sintió la flecha aterrizar en su corazón— ¿Por qué llorabas?, ¿Cómo puedo ayudarte?

—Yo... —Las lágrimas estaban al borde de convertirse en una cascada, su corazón palpitaba rápido y el anhelo de ser consolado estaba incrementando— No sé cómo explicar —Era verdad, estaba tan aturdido por la nueva información, necesitaba desmentirla, sólo así podría dar calma a su corazón. Miró a Haruka quien le devolvía la mirada con consternación, él no estaba tan internalizado con el tema del hilo rojo— Es sobre el hilo...

—¿El hilo rojo? —El pelinegro se sintió limitado, era un territorio desconocido para él— ¿Qué pasa? —Se acercó al muchacho entregándole un pañuelo para que secara las lágrimas— Puedo entender —Se esforzaría en comprender si así ayudaba un poco en el desconsuelo de su amigo.

—El hilo... —Se revolvió el cabello frustrado, sería tan fácil mostrar lo que sus ojos veían, pero para el resto de personas el hilo rojo sólo era un concepto abstracto, una leyenda nada más, algo en lo que se elegía creer o no— Cuando una persona está cerca de la muerte, su hilo rojo cambia de color, se oscurece hasta ser negro.

—¿Lo has visto?, ¿Puedes ver cuando eso sucede? —Estaba sorprendido, ¿Makoto podía ver los últimos momentos de las personas?, ¿Sabría cuando alguien iba a morir?, ¿Ha vivido viendo esas impactantes escenas desde que era pequeño?

—Sí... —Bajó la mirada hacia sus manos que se aferraban al borde de su camiseta, su visión se estaba volviendo borrosa—Hoy pude ver el hilo de mi madre... no tenía su color rojo vibrante, estaba opaco... un poco más oscuro... Yo... Lo siento —No pudo seguir con la conversación, la angustia ya se había apoderado de él y su corazón lloraba de tristeza.

El día en que el destino enloquecióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora