Capítulo 13

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Alec Jones.

Miro la pared de la habitación, todo está cerrado, no importa cuando intente, no importa si la puerta está abierta, el pasillo está lleno de guardias, además de que son como doscientos a uno, puedo matar a alguno hacerles daño, pero no a todos, es imposible.

Mi cuerpo tiene pequeños espasmos debido a todo el dolor, es como cada célula de mi cuerpo estuviera gritando, como si cada una me estuviera rogando que las liberara, mis manos tiemblan, no puedo dejarlas quietas casi en ningún momento, me duelen hasta las puntas de los dedos. Limpio la línea de sangre que cae por mi nariz.

Estoy totalmente pálido, puedo ver con facilidad las marcas de mis venas, es como si todo el pigmento que tenía en la piel hubiera desaparecido por completo, eso facilita ver las marcas de las inyecciones en mis brazos, estoy repleto de ellas, aunque no solo en los brazos, también en las piernas y el cuello, algunos lugares en los que me inyectaron duelen, trato de no tocarlos, pero se me hace imposible no hacerlo, también tengo picazón.

No recuerdo cuando fue la última vez que vi la luz del día, aunque creo que fue hace un par de días de que intente escapar, no puedo decir con exactitud si fue al siguiente día o a la siguiente semana, si ni siquiera veo el sol no puedo saber si es de día o es de noche. Lo más cercano que estuve fue hace aproximadamente una semana cuando uno de los guardias tenía un reloj, pude ver la hora, en ese entonces era de día, pero luego me quedé dormido, pudo a ver sido una hora o diez horas, volví a estar perdido de nuevo.

Ni siquiera puedo orientarme con las comidas, me dan un plato de comida al día y en ocasiones dos, ahora todo es complicado, demasiado, cuando podía salir al menos sabía si era de día o de noche, además con más planeación pude llegar a escapar.

Cada día que pasa extraño más a Emma e incluso a Paul a pesar de tener graves problemas, aun así, si estuvieran aquí hubiéramos escapados juntos desde hace mucho tiempo. Cada segundo que paso aquí siento como me pierdo, incluso las ganas de vivir se comienzan a extinguir.

Aunque la extraño también a ella, a Adele, extraño su cabellera negra larga que caía por sus hombros mientras tenía es sonrisa inocente que podría hacer que los más temibles y despiadados hombres se arrodillen a ella. La extraño más de lo que me gustaría admitir, mucho más.

Llega a mi mente el momento donde nos abrazos entre las sabanas, o cuando nos dispararon y ella ni siquiera se inmuto, solo se preocupó por ayudarme sin importarle que acababa de casi morir.

Me pregunto cada momento donde esta, sabe ella todo lo que sucede en Gratfoll, sabe ella que es un pueblo maldito y de perdición, nada ni nadie puede prosperar en ahí, la tierra está muerta, lo sé, yo soy parte de la maldición, pero ella, ella no es como nosotros y temo que en cualquier momento todo el caos de este despiadado lugar llegue hasta donde ella y la arrope por completo.

Siento un pequeño espasmo cuando una corriente de aire frio cruza por la habitación, algo que no debería ser posible, todo está cerrado, pero sé que sucedió al estar solo en bóxer y una camiseta sé que sucedió.

Los entrenamientos de esta semana han consistido en levantar cosas pesadas, desde una pesa a una nevera, incluso hay un objeto redondo enorme que pesa más de una tonelada afuera, no sé cómo voy a moverlo cuando llegue el momento, aunque quizás ya no este, pero no creo que sea el caso, sé que ellos nos inyectan cosas, pero no se para que en general, pero no creo que eso ayude a levantar más de una tonelada, es irreal.

Miro la cámara de la esquina izquierda en la parte trasera, creo que se acaba de prender y apagar, la luz parpadeo un par de veces, estoy seguro, este lugar es como un gran espejo, lo puedes ver todo sin dificultad, creo que en parte me tienen en este lugar por eso, pueden tener acceso a todo lo que hago sin dificultad, no hay donde esconderse.

ADELE {Libro II  y III} ✔️Where stories live. Discover now