𐐪Why stop now𐑂

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Este es un capítulo +18, disfruten cochinxs ;)

Caminaron en silencio hacia el departamento de Felix tomados de la mano. Cuando llegaron a la puerta, Minho lo abrazó, presionándolo fuerte contra su pecho en un agarre que se podría considerar como amistoso, pero para ellos no lo era. Al separarse, el rostro del pecoso estaba levemente ruborizado y sus ojos brillaban.

-Había esperado tanto tiempo por esto-  respiró el castaño sobre el oído del otro.

En lugar de responder, Felix lo alcanzó, colocando sus pequeñas manos en la parte trasera del cuello de Minho, levantando sus labios hacia los de él.  Se besaron, al principio de manera suave, después apasionadamente, su lengua en la boca del pecoso, sus cuerpos mandando una señal.

-¿Entramos?- preguntó Felix. Las cosas de Minho se habían quedado en el departamento dentro de la cocina, pensando que las recogería antes de que Hyunjin llegara, pero eso jamás pasó. Tan rápido como cerraron la puerta se volvieron a besar. La lengua de Minho enredada sobre la de Felix, sus manos entre su cabello rubio sedoso, y sin darse cuenta estaban en la habitación. 

Todo parecía estar en orden: una cama matrimonial, armarios, un tocador y pósteres pegados en la pared de grupos musicales que le gustaban principalmente al rubio. Felix tocó su mentón, su oreja, tocando su rostro con las yemas de sus dedos, suspirando, susurrando.

-Esto se siente tan bien.

Minho lo veía con ensoñación. Había soñado con este momento desde hace meses, regresando al día que le ocurrió ese pequeño incidente después de haber visto bailar al rubio de una manera sexy y casi se infarta. Su propia mente había dicho que no solo quería a Felix por su cuerpo, porque era jodidamente hermoso, si no por toda su persona. 

Verdaderamente estaba enamorado de Lee Felix.

Sintió a Felix deslizarse hacia la cama. Le desabrochó el pantalón y bajó su ropa interior por sobre sus caderas, y acarició la longitud de su miembro con la palma de su mano antes de meterlo en su boca. Minho suspiró, cerrando los ojos, pensando en lo bien que se sentía cuando Felix gimió con la garganta, para después mover su boca de la base hasta la punta.

-Mírame- susurró el pecoso.

Minho le obedeció y vio que tenía los ojos abiertos, fijados en los de él mientras volvía a abrir sus labios y se deslizó hasta el fondo. Se preguntó alguna vez si Hyunjin le había pedido hacer eso en más de una ocasión, que le dijera "quiero que me veas mientras lo hagas" o si lo había aprendido de alguna película o revista, algo así como "Consejos para poner caliente a tu novio" o "Aprende a dar una buena mamada: guía detallada". La expresión del rubio cambió de ardor y excitación al sentir al castaño suavizarse dentro de él.

-¿Qué?

-Shhh- le dijo Minho, levantándolo para que quedaran de frente de nuevo. 

Movió sus manos entre las piernas de Felix, posicionando sus dedos y pulgar en su entrada como le había enseñado. Excepto que eso estaba mal. Él no le había enseñado, lo habían descubierto juntos cómo hacerlo venir. Minho se acurrucó contra él, mordisqueando y besando un camino exclusivo para sus labios hasta llegar a su oreja, donde siempre había sido cosquilludo.

-Ah, ah! ¡Oh! ¡Oh!- suspiraba y gemía el pecoso, mientras el castaño movía sus dedos dentro de él... y olvidó todo sobre buenas posturas en el baile, en verse bien y se perdió en su propio placer.

Minho vio al chico bajo el cerrar los ojos mientras intentaba cerrar sus muslos alrededor de su muñeca y levantó su cadera, una, dos, tres veces antes de que dejara de moverse; todos los músculos de sus piernas y abdomen se tensaron y el castaño sintió al pecoso cerrarse entre sus dedos.

Antes de que se pudiera recuperar, Minho giró a Felix contra su espalda y entró sin previo aviso. Después de la primera estocada tuvo que contenerse, sabiendo que si seguía moviéndose, si se dejaba llevar por la lujuria, la pasión, la sensación y el placer, explotaría. Quería que el chico bajo él se viniera, que ambos lo hicieran.

Que su primera vez fuera gloriosa.

Quería que todo fuera perfecto esa noche.

Se acercó al rubio y acarició su mejilla, después su cabello.

-Ay dios- gimió Felix, girando sus caderas de tal manera que el castaño sabía que lo iba a volver loco.

Las estocadas se volvieron más fuertes y Felix solamente gemía, con una mano en el hombro de Minho y la otra en su espalda, acariciando desde su cuello hasta la base de su columna.

-Te sientes tan bien- ronroneó el pecoso, y con eso Minho no se pudo contener. Se hundió dentro de él, en esa sensación enloquecedora, en ese calor. Felix seguía gimiendo, sus manos entrelazadas sobre los dos hombros, su aliento contra su rostro, su voz en sus oídos,incitándolo más.

-Oh bebé- dijo el castaño mientras juntaba sus labios con los del rubio, y éste solo podía gritar su nombre una y otra vez como si fuera un canto, o una oración.

Si iba a haber vergüenza, sería una vez que acabaran, cuando se miraran y cayeran en cuenta que aún tenían puestos unos calcetines de gatitos. Tan pronto acabaron, Felix se acomodó en los brazos de Minho y quedando contra su pecho. No necesitaban decir nada, los acelerados latidos de sus corazones eran más que suficiente.

-¿Sabes? Al menos cambiaron las sábanas- bromeó el pecoso, a punto de quedarse dormido.

Minho rió un poco y sonrió. Estaba en donde quería estar, con un chico que amaba profundamente y a quien le acababa de entregar todo de sí mismo.

Sentía como si nada hubiera cambiado. Como si Felix solo hubiera salido a comprar galletas y hubiera regresado a casa.

Ambos estaban en casa.


Ojalá no me funen las soft stans.

Me tardé 2 días en intentar escribir esto, borré cosas una y otra vez.

Disfrten, cochinxs hehe.


LustWhere stories live. Discover now