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— PERO SALÍ POR LA GRAN PUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.

Sí, definitivamente era un día normal en la casa de JuYeon.

El recién mencionado en toda su vida ha tenido las características de ser calmado, paciencia al mil, sus gritos pareciendo susurros, el mundo siempre yendo muy rápido para él y una amabilidad ilimitada.

Pero el enano que ha llegado a invadir su hogar hace ya un mes, le ha sacado todo el diablo. Desde temprano hay caos, ¿y es que cómo puede estar calmado si en cada mañana el rubio tarda más de tres horas en el baño y sólo hay uno?

— ESTOY CAGANDO JUYEON.

— TE ESTABAS BAÑANDO ERIC.

— PERO ME DIERON GANAS DE CAGAR JUYEON.

— QUIÉN CAGA DESPUÉS DE BAÑARSE ERIC.

— YO JUYEON.

Pobres vecinos, de por sí estaban soportando la crisis de pasar encerrados en sus casas y ahora tenían que escuchar estos desastres todos los días.

— ¡Tengo que mear! —le rogó JuYeon, de piernas cruzadas saltando de acá para allá.

— Pues andate al monte y sacate ese pene.

El rostro del peli negro enrojeció de la cólera.

— ¿Por qué tengo que hacer eso si tengo MI baño? —contestó, indignado.

— Porque estoy cagando y necesito paz. —Chilló.— Ve a mear al patio, ni que alguien quisiera ver ese pitito.

JuYeon le hubiese contestado si no fuese porque de verdad ya se orinaba encima, así que salió corriendo hacia el patio para sacarlo todo.

Ya al haber hecho sus necesidades, se puso triste al ver a su pobre florecita lirio toda meada por culpa del enano imbécil que jamás lo deja en paz.

— Perdóname juyita, no fue mi intención, espero no mueras.

— Weeeeeeeird. —canturreó, atrás suyo.

Y como si de una película de miedo se tratase, JuYeon giró su cabeza y cuello para así después girar su cuerpo por completo.

— Sí, te vi mear y te vi el culo, ni mucho tienes. —bufó, yéndose para adentro de la casa.

O eso planeaba hacer, más sólo pudo sentir cómo un peso se avalanzaba encima suyo, ahorcándolo.

— ¿Ya habías salido del baño y aún así me dejaste meando en el monte?

— ¡Me violan!

— Tu viejo truco ya no funciona, hasta doña Eunbi dejó de llamar a la policía hace una semana. Búscate otro.

Eric luchó con todas sus fuerzas para soltarse de los sólidos brazos del más alto, más no tuvo éxito alguno.

Fue arrastrado hasta dentro de la casa y Juyeon le tiró en el sofá como un viejo trapo.

— Y no te muevas, chucky, iré a hacer el desayuno.

— Así dicen tus ex, que cuando te bajabas los pantalones dabas un miedo que le pusieron chucky a tu pilín.

El más alto acarició su sien con agresividad, tratando de no bajarse al nivel de ese niñato insoportable. Cada día se arrepiente más de haber evitado que le agarraran a palazos, tal vez así se le componía el cerebro o algo.

— Y lávate las manos, iuuuuuuuuuuu. —sacó la lengua infantilmente, soltando una carcajada al ver la cara de culo del más alto.— Relajao guapo, que bromeo.

— Mejor... Me voy a la cocina.—comenzó a caminar hacia su destino, más la voz de Eric le detuvo una vez más.

— Así como debe ser.

— ¿Sabes qué? —se acercó a zancadas a Eric de nuevo, tomándole del brazo.— Hoy tú me ayudas a hacer el desayuno.

— ¡Me violan!

— Qué mal me caes.

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Quarantine; 주릭.Where stories live. Discover now