01.

374 70 94
                                    

Mientras esa mano fuerte y grande le arrastraba dentro de una casa, Eric ya estaba comenzando a quejarse mentalmente de por qué no dejó su testamento de vida escrito antes por si moría tan joven.

No obstante, a los segundos de pensar seriamente en eso; volvió a la realidad encontrándose acorralado entre los brazos de un chico.

Oh, sí.

Y un rostro masculino increíblemente cerca de su cara.

Eric tragó saliva atascando un auténtico grito de niña. Se quedó tieso viendo cómo esa mirada seria parecía que le quería chupar el alma, también sintiendo cómo su caliente respiración chocaba contra sus mejillas. Sus narices rozándose.

El muchacho le miraba evidentemente molesto, mientras gotas de agua caían en su camisa gracias a sus largos cabellos húmedos.

— Qué coños contigo. —habló por fin el joven peli negro, frunciendo el ceño.

El bajito se tragó un grito otra vez al escuchar su firme voz, calmada pero definitivamente demandante.

— Qué coños contigo, dije.

— Ahhh..... —apretó los labios.

— Respóndeme.

Eric se sonrojó mirando hacia el suelo.

— Es que no... No entiendo... ¿Por qué me arrastraste hasta aquí? —preguntó tímidamente.

— ¿Me ves cara de asesino en serie?

— La verdad sí.

El más alto rodó los ojos.

— ¿No es obvio?

— ¿Q-que eres un asesino en serie? —jadeó asustado, mirándole con terror.

El peli negro alzó una ceja.

— ¿Eres estúpido?

— ¡Oye! Más respeto.... —desvió la mirada.— ¿Entonces para qué me arrastraste aquí adentro? —preguntó con voz suave para no enojarle.

— ¿Eres estúpido? —preguntó otra vez.

El rostro de Eric se puso rojo en cuestión de segundos.

Oh, no.

— ¡Estúpido tú! —se paró con fuerza en su pie, y aprovechando que el tipo se alejó de él por el dolor, comenzó a correr hacia la puerta.—

El chico más alto aún adolorido lo volvió a arrastrar hacia adentro.

— ¡Cara de verga, aléjate! ¡Aléjate! —le manoteó otra vez, tratando de escapar.

— ¡Imbécil, no salgas! —le manoteó de vuelta.

— ¡No me mandas, ni que fuera prohibido estar afuera! ¡Violador! —le iba a dar una patada en los testículos, pero el pelinegro le abrazó con fuerza.— ¡Nooooooooooo!

— ¡Escúchame maldita sea!

— ¡Ayuda, me violan, me violan!

— ¡Si no te callas lo haré!

Eric calló su drama de forma abrupta.

— Gracias. —suspiró el peli negro.— Enano, escucha b-

— Enano tu pito.

El más alto suspiró con fuerza.

Por Dios Santo, nunca en su vida había visto a una persona tan terca y malhumorada.

Tan adorable y besable que se miraba en el inicio.

— Deja tu mal genio y regresa a ser esa cosita tímida de antes, por favor.

Quarantine; 주릭.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora