10. Lo Siento

114 13 13
                                    

Varios Días Después 

Los días han pasado y tanto Emi cómo Joaquín se siguieron viendo a escondidas aún sin saber porqué lo tenían que hacer, ya que aún con el paso del tiempo, todavía no se lograban explicar el porqué sus padres no querían que se vieran ni que fueran amigos. Pero ese era un tema que casi nunca conversaban, ni tomaban en cuenta, ya que lo único que querían hacer cuándo estaban juntos era jugar y platicar entre ellos en su playa secreta.

Los días que transcurrieron, los pequeños Emiliacos se la pasaban jugando en la playa, construyendo pequeños castillos en la arena, buscando y coleccionando pequeñas conchas y caracoles marinos y también para que continuaran con las lecciones de natación, en dónde Joaquín poco a poco empezó a mejorar, introduciéndose cada vez más a lo más profundo del océano. Aprendiendo también a bucear y a disfrutar de la hermosa vida marina que se encontraba abajo del mar, cómo por ejemplo varias especies de peces y muchos hermosos y coloridos arrecifes, e incluso si se lograban hundir lo suficiente, bajo la arena submarina se podía encontrar más conchas y caracoles marinos.

Cuándo salieron del océano los dos juntaron su botín en la arena, que sólo consistía de varias clases de caracoles y conchas.

Emi: Wauuuu, hoy juntamos más que ayer

Joaquín: Sí, mira encontré un caracol, ¿Sabes que dicen que se escucha el océano con él? 

Emi: Sí, por eso me gusta mucho

Joaquín: - Suspira - Lástima que terminará escondidos en la cueva con los otros

Emi: Sí, que lástima que para que no sospechen de nuestro lugar secreto, debemos de dejar todas las conchas y caracoles que encontramos escondidos en la cueva que nos trae aquí a la playa

Joaquín: Wow Emi, mira que hermosa caracola morada encontraste, por su tamaño tan chiquita se podría hacer algo sumamente hermoso, cómo una pulsera ó un collar

Emi: Sí, pero para hacerlo estaría difícil. Pero bueno, yo creo que ya debemos de ir guardando todas las conchas y demás que encontramos hoy, para ya después secarnos y cambiarnos y volver a nuestras casas, que mañana yo ya me tengo que ir a la escuela muy temprano

Joaquín: Sí, y mañana mi Papá me dijo que tendré ahora clases de ingles y de francés, y con lo que me odio los idiomas, apenas si se hablar bien el Español

Emi: - Ríe - Lo mismo digo, pero no sé amigo, puede y en algún futuro eso te sirva mucho

Joaquín: Pues eso sí, pero no juegues, que flojera

Emi: Bueno pero ya vamos a apurarnos porque sino  nuestras familias nos regañan ó de plano pueden sospechar de todo ésto que hemos venido haciendo todos éstos días

Los dos se comenzaron a secar con las toallas que habían llevado y se empezaron a vestir nuevamente, para luego reunir todo su botín de aquel día para esconderlo en el mismo lugar en dónde tenían todas las demás conchas escondidas.

Ya una vez listos los dos, ambos se dieron cuenta que aún tenían mucho tiempo para volver, faltaba aún algunas horas para que empezara a atardecer y que la noche cayera por completo. Y aunque hubiesen querido estar más tiempo juntos, optaron mejor por volver lo más temprano a su casa, para no recibir un regaño de sus padres y para que tampoco éstos mismos sospecharan nada.

Cuándo los dos estuvieron nuevamente en el lugar más recóndito de la pequeña selva, solamente se despidieron con un choque de puños (Sí ya sé, ¿A esa edad y ya andan haciendo esas inmoralidades?) Para que después Emilio se fuera por su propio camino en dirección a su casa con su mamá, mientras que Joaquín salía lo más cauteloso posible de la selva que estaba prohibida en el hotel. En cuánto llegó al exterior, primero se cercioró de que no hubiera nadie alrededor, cuándo comprobó que así era, el pequeño castaño logró salir y hacer cómo si nada estuviera pasando en el lugar.

La Playa // Adaptación EmiliacoWhere stories live. Discover now