𝐁𝐨𝐭𝐢𝐭𝐚𝐬

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Serie: TortillaLand #2.
Contiene: Soft.





















Día de exploración.

La pareja estaba emocionada por tener un momento a solas.

Necesitaban salir de la agobiante rutina, con tantas construcciones y problemas sin sentido.

Pero no todo podía ser bueno...

Reborn tenía un debate constante en su mente. No sabía qué pensaría su novio, al verlo en esas pintas.

Llevaba unos adorables zapatitos con orejitas de gato, los cuales soltaban un bonito maullido, al saltar o dar un paso brusco.

Le gustaban, pero no sabía si a su novio le causarían la misma ternura.

Decidió no pensar más en aquello.

Dirigió sus pasos hacia la casa del mayor.

Tenía muchísimas ganas de pasar un rato a solas con su persona favorita.

Caminaban por el bosque en completa tranquilidad.

Disfrutando de la compañía del otro.

Hasta que...

Reborn saltó sobre una piedra, logrando que sus zapatitos soltaran un chiquito maullido.

— ¿Acabo de escuchar a un gato?. — Inquirió el mayor con cierta emoción.

— Yo no escuché nada. — Se hizo el bobo.

Dio un paso más. Sus zapatitos soltaron otro maullido que fue claramente escuchado por el de la flama en el cabello.

— ¡Ahí está otra vez!. — Gritó, emocionado.

Auron comenzó a buscar por los alrededores.

Le hacía mucha ilusión tener un gatito en su hogar, por lo que con la emoción por los aires, comenzó a buscar por los árboles y la gran pampa.

Por otro lado, Reborn quería que la tierra lo tragase.

La vergüenza le carcomía el alma.

¿Cómo le iba a explicar a su novio que los maullidos escapaban de sus zapatos?.

Sonaría muy loco e irreal.

Sin darle más vueltas al tema, siguió caminando.

Nuevamente, dio un paso en falso.

Soltó un sinfín de maldiciones internamente, al momento en el que un nuevo maullido resonó por el lugar.

Esta vez, Auron dirigió su mirada hacia el menor.

Notando su extraña actitud.

— ¿Qué te pasa?. — Inquirió con el ceño fruncido.

— N-Nada. — Tartamudeó, dejando en evidencia su nerviosismo.

El de la flama en el cabello, paseó su mirada por todo el cuerpo del castaño.

En su rastreo, llegó a dar con unos zapatos que jamás le había visto.

Eran unos tiernos zapatitos con orejitas de gato.

Auron sonrió inevitablemente.

Su novio era muy tierno.

Después de unos cuántos segundos, su sonrisa se borró.

— ¿Tus zapatos maúllan?. — Inquirió, casi en un susurro, pero siendo claramente escuchado por el contrario.

— ¿Qué? Claro que no.

En ese momento, Reborn aplicó la táctica de su mejor amigo lobo.

Fingir demencia.

— Pero si lo he escuchado... — Volvió a insistir.

— ¿Cómo van a maullar mis zapatos? Es ridículo.

Dio otro paso, logrando que sus zapatitos volvieran a soltar un maullido.

— ¡Qué tierno!. — Exclamó con emoción.

— ¡Basta! ¡Me da vergüenza!.

Auron quedó en silencio por un momento.

Sabía que su novio estaba abochornado con la situación.

Quería hacerlo sentir mejor.

— ¡Ay!. — Gritó, sobresaltando al más alto. — ¡Me acordé que tengo los mismos zapatos en mi casa!.

— ¿En serio?. — Reborn frunció el ceño.

— ¡Sí! ¡Vamos a casa!.

Dicho esto, jaló al menor del brazo para comenzar a correr hacia el pueblo.

La pareja reía cada vez que una serie de maullidos escapaban de los zapatitos de Reborn, con cada paso que daba.

Finalmente, llegaron a casa del mayor.

Este último entró rápidamente a su hogar, seguido del castaño.

Auron bajó por las escaleras que daban a su sala de cofres.

Rebuscó en estos, encontrando los zapatos con orejitas de gato.

— Ahora estaremos iguales. — Dijo, al momento de subir por las escaleras.

Con una sonrisa, se puso sus zapatitos, haciéndolos sonar.

Una boba sonrisa, escapó de los labios de Reborn.

Le siguió el juego a su adorable novio.

Así, ambos pasaron el resto de la tarde entre risas por los constantes maullidos que soltaban sus zapatitos.

𝐌𝐂 𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒  ⭑  𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘 Where stories live. Discover now