❝𝗘𝗟 𝗦𝗢𝗟𝗗𝗔𝗗𝗢 𝗠𝗨𝗗𝗢 ❞━━ ʜᴀɴᴋ x ᴛ/ɴ

• No eres tan cruel

La noche fue sorprendentemente silenciosa incluso para los escandalosos estándares tanto de la base como de la propia ciudad.

Tras levantarse de la dura camilla, la joven fue tronando todos lo huesos que le eran posibles en el camino a cepillarse los dientes. Curiosamente todas la habitaciones estaban vacías,lo que le hizo preguntarse si se había perdido de algo respecto al plan o si Hank se había ido sin avisarle como una suposición no muy alejada de la realidad. Empezaba a sospechar hasta oír la voz del mencionado en el laboratorio junto con la de 2B.

No pudo oír mucho de la conversación, cuando se acercó ambos se callaron. Y antes de poder tocar la puerta esta se abrió y la dejó con el puño en el aire con el Doc mirándola de arriba a abajo con extrañes.

2B — Curioso, estaba por llamarte.Pasa y siéntate,empezaré las pruebas finales.  

La recién llegada se sentó, meciendo los pies por las ansias. Cuando lo vio acercarse con la aguja mas gruesa que ha visto esa simple emoción se volvieron directamente en nervios, retrocedió un poco en su asiento a lo que el Doc respondió poniendo su fría en su hombro solo logrando darle un escalofrió que mas que calmarla hizo todo lo contrario.

2B — Requiero extraer una buena cantidad de sangre directo de tu corazón...Siendo honesto,va a ser muy doloroso,pero por lo menos a partir de esta cantidad el suero que lo complementa lo hará rendir el tripe de lo extraído, así no sera necesario repetir el proceso con frecuencia.
¿Entiendes? ahora, recuéstate ,no respires y muerde esta toalla. 

Y no se equivocó en lo mas mínimo,al sentir esa aguja atravesar su pecho por ella corrió uno de esos dolores que harían sudar frío a cualquiera.Por reflejo de dolor miró hacia arriba notando la atenta mirada de Hank a todo lo que hacía el Doc y esperaba que no se estuviera divirtiendo con esto. Se ahorró las lagrimas pero aun así su vista empezó a nublarse por cada litro de sangre extraída hasta el punto donde solo percibía la luz en frente pero nada mas. La voz del Doc se oía lejana pero entendible: 

B2 — Eso es todo,no fue tan difícil —Pasó a alejarse al otro extremo del consultorio.

G —... Aja~ — aspiró y dejó caer su cabeza a la almohadilla cerrando los ojos en espera a que el terrible mareo terminara. Juraba poder ver luces rojas y azules y oír voces murmurantes que no estaban ahí. Todo un viaje sin haber consumido ninguna sustancia. 

En medio su sufrir de pronto en su mejilla sintió unas suaves y cálidas caricias. Se sentían demasiado bien contra su piel. Inclusive,de no ser por seguir consiente de donde se encontraba hubiera exhalado pidiendo mas. Se aferró a la sensación tomando con sus manos sobre esa para prolongar el rose ,no quería que se detuviera, pero lo hicieron cuando se oyeron pasos cercanos de regreso. Resbaló de su débil agarre esa calidez.

G — Espera — Susurró antes de abrir los ojos.
       
2B — Levántate, tengo que entregarte algo — llegó saliendo detrás del pc.

G —...¿huh? (¿no era él?...Oh cierto, el Doc siempre tiene las manos frías ¿entonces?) —  Miró por toda la habitación pero no vio a nadie mas — ( Juraría que...No,es imposible. Creo que fue otra alucinación) — Se sentó con una mano en la cabeza tratando de prestar atención al Doc para no dejar escapar nada importante.

Le entregó un brazalete grueso con una pantalla en el.

2B — En resumen este brazalete, extrae sangre de forma rápida y la pone en inyecciones. Si los números aparecen en rojo para de inmediato. Es todo,entregaré el suero a todos cuando el par regrese de su misión. Puedes irte, no necesito asistencia hoy. 

Con todo hecho se fue a cambiar de ropa a la habitación de Sanf. El baño era muy pequeño y caluroso, para nada ideal si quieres salir fresco. Cuando terminó de ponerse su suéter se miró mejor en el espejo, buscando que ropa interior le era mas cómoda entre todas las tallas que le habían dado en conjunto al tipo de ropa gruesa que suele usar. Se tomaba su tiempo,aunque lo que debería de ser una actividad común eventualmente se convirtió en algo incomodo. De nuevo el presentimiento de alguna mirada ajena revoloteó por su mente. Múltiples veces miró por la puerta,no había nada,pero de todos modos esa mala vibra no se fue y tan solo eso la incentivó a acelerar el paso: Cuando le restaba subir los pesados pantalones con todas las balas en los bolsillos, a la mitad del camino la sensación se volvió intolerable. Miró de golpe al espejo frente a ella y vio un fugaz destello rojo desaparecer.