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Capítulo largo, espero les guste, se vienen muchas cosas. 

Mei

—¡¿QUÉ?! —tanto Izana como yo habíamos gritado ante Shinichiro y mamá.

—Es la tradición cariño —fruncí el ceño para ver a Izana, no quería dejarlo.

—Shinichiro, no puedes hacerme esto.

—Ya lo estoy haciendo Izana.

Ambos nos miramos para suspirar y aceptar.

Tanto mamá como Shinichiro habían venido al departamento un día después de mi graduación, pedían que no nos veríamos hasta la boda, no quería, se supone y era nuestros últimos días como prometidos, había que hacerle honor hasta el último momento.

—Como se casarán, supusimos que el departamento no les serviría, asique entre todos dejaremos las cosas en otro lugar.

—¿En otro lugar? —pregunté, no teníamos planeada un casa en sí.

—Así como el clan tiene la costumbre de hacerse cargo de una boda, los Tumuro les daremos una casa.

Eso no me lo esperaba, con Izana esperábamos ver algo a nuestro gusto, y según supe ya estaba comprada, esto era un fastidio, pero una casa es una casa, para nosotros, dos, solos, sin vecinos a un lado de la pared...

Tentador.

Aunque claro, estaba a días de casarme, no creí que fuera necesario esto, pero lo hicieron, tal vez no nos separaron de inmediato por la mudanza y el ordenar.

La casa era muy bonita a decir verdad, no me quejaba, tenía un jardín, un patio trasero, tres habitaciones, una cocina amplia, una sala amplia..., era muy grande para nosotros dos, pero era bonita.

—¡Mei! ¡Hemos venido por ti!

—Chicas..., ¿no me llevarán con Izana, o si?

—No, no lo haremos iremos a tu fiesta de despedida de soltera —suspiré ante lo energética que se escuchó Senju, dos días antes de la boda, supongo que será una larga noche.

No nos quedamos mucho tiempo, pero, aún así, podía al menos hablar por llamada con Izana.

—Se escucha tráfico, ¿dónde estás?

—Las chicas vinieron por mi, despedida de soltera.

—¿Tú también? Los chicos acaban de arrastrarme hasta Yokohama, para recordar viejos tiempos y de ahí los Haitani me llevarán a otro lugar.

—Oh..., al menos creí que estabas en Shibuya.

—Yo creí eso también hace veinte minutos cariño.

—Entonces, no te veré hasta dentro de dos días más.

—¿Podemos vernos en la noche?

—Mamá me encerró literalmente, y al parecer será una larga noche.

—Si, los chicos tampoco quieren dejarme ir..., ¡ya voy!... ¡cállate Mikey!... ¡déjame en paz! —escuchaba como lo molestaban un poco a través de la línea —lo siento, debo irme.

—También debo hacerlo, te amo.

—Te amo más, mi hermosa Mei.

—Tu eres hermoso.

—Tu eres preciosa.

Reí levemente para despedirnos y cortar la llamada, las chicas me miraban pícaramente, Yuzuha que iba conduciendo sólo se reía manteniendo sus ojos al frente.

KODOKU - Izana KurokawaWhere stories live. Discover now