Pedacitos de la relación entre Hitch e Izzy, ponis que pertenecen a razas diferentes y que no tienen mucho en común, pero que aun así no evitaron enamorarse.
Polos opuestos se atraen, ¿recuerdas?
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• Créditos de la ilustración de la portada a Doo...
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Izzy solía tener sus ratos de inspiración en los momentos más inoportunos, era perfectamente capaz de interrumpir una sesión de tratado a su larga melena en el salón de Pipp al salir corriendo para plasmar su idea, o detener su efusivo apoyo a Zipp cuando se proponía darle razón lógica a algún evento raro en Bahía Yeguamar. Era incluso común para Sunny que la dejara con la palabra en la boca porque cierta chispa se había encendido en su cabeza y no quería dejarla ir. Tardarse un poco más en acercarse a un cuaderno y lápiz implicaba perder una potencial nueva creación que la dejaría satisfecha y que podría hacer feliz a alguien.
Pero hubo un tiempo en el que dejaron de existir esos dejes de creatividad. El llamado bloqueo se había mudado y no parecía tener motivos para alejarse, lo que había mantenido de mal humor a la unicornio púrpura. Un mal humor que se espantaba cuando Hitch se acercaba para conversar. Su compañía compensaba de sobremanera lo feo que se sentía no poder liberar de su cerebro lo que tenía dentro y que no podía percibir aun. Se quejaba mucho de eso, pero simplemente lo dejaba para después si veía a uno de sus amigos acercarse.
La cuestión es que había cierto trato exclusivo para él que ni la propia Izzy sabía de su origen. Simplemente había comodidad de su parte y de pronto el sheriff era el responsable de escuchar cada una de las cosas que ella soltaba deseando que una solución le cayera del cielo mientras arrullaba a Sparky.
—Sé que no conozco tanto de bloqueos creativos como Pipp, y tal vez esto te suene muy obvio, pero deberías despejarte y esperar a que esa inspiración llegue a ti en lugar de buscarlo y estresarte —fue lo que le dijo el mismo día que ella decidió tomarle consideración y tirarse al suelo a divagar.
En pleno día de calor, la de cabello azul permaneció tumbada sobre los azulejos del piso en el faro donde ahora vivía. Su productividad había reducido y quería cambiar ese hecho, así que se refugió en la alternativa de Hitch.
El piso de su oficina es mucho más fresco, pensó antes de levantarse de golpe y reaccionar por instinto en dirección a sus materiales de turno. Los miró con detenimiento por un par de segundos, y al sonreír de par en par supo que su etapa de bloqueo había desaparecido (por lo menos temporalmente).
Con incontables brochazos, piques, brinquitos y manchas de pintura impregnadas en su pelaje terminó lo que en su momento llamó como obra maestra, su mayor orgullo. Una pintura que en el lienzo se veía como un retrato caricaturizado lleno de brillo en su máximo esplendor.
¿Retrato?
Para cuando cayó en cuenta de quién se trataba y del impulso de sus cascos, volteó a ver éstos asombrada y asustada. Se quedó en silencio y lentamente se sentó de regreso al piso. Sus mejillas apaciguaban el rojo que se desarrollaba al imaginar las razones por las que Hitch era el objetivo principal en la pintura.
Estaba satisfecha con la creación, pero la sensación de estar incompleta fue más fuerte. Una sola pregunta le causó malestar: ¿por qué había estado tanto tiempo pensando en él como para ser su fuente de inspiración?
Finalmente, se dejó caer hacia atrás para volver a divagar y calmar los galopes de su tonto corazón.
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Primer día del reto de octubre :D Está basado en una de las problemáticas del primer episodio de Deja tu marca + participación rápida pero importante de Hitch
