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Gabriela estaba en la sala de la mansión, luego de esa discusión en el lago y encontrar la taza con el plato, Armando la llevo para que comiera algo y entrar en calor, cosa que estaba logrando mientras tomaba un rico té de limón y miel, su favorito, el mayor a su lado dejo una sopa de pollo calentita para que comiera.

Armando: -ponte esto para no resfriarte- le dijo mientras ponía una manta en sus hombros -llegas a tiempo, dentro de poco llegara la carta para tu segundo año- le informo mientras se sentaba en otro sillón

Gabriela: -¿Me la darás tu?- pregunto mientras dejaba la taza y se acomodaba mejor la manta

Armando: -no seria ético- respondió simple

Gabriela murmuro algo que Armando no logro escuchar, tal vez una desventaja de ser la protegida del Director era la maldita ética, dejando eso de lado tomo algo de la sopa, muy rica por cierto.

Miro por la ventana, ya era de noche para ese punto, el fuego de la chimenea sonaba cada tanto, mientras el viento soplaba con fiereza, haciendo un sonido algo aterrador, volvió a tomar algo de su té para seguir hablando, cuando entro a la casa aun estaba el sol, recordaba como sus elfos como su lechuza se lanzaron a abrazarla, tragándose un par de plumas en el poseso pero nada grabe, de seguro Wallis estaría en su jaula durmiendo boca abajo mientras los elfos ordenaban su equipaje, mientras ella hablaba con su Tío.

Gabriela: -¿Y que paso durante mi ausencia?- pregunto curiosa

Armando: -ya están contratados los nuevos profesores de Historia, además mientras no estabas me tome la libertad de decorar tu cuarto nuevo, ya que ahora se supone que ya sales de Hogwarts, por lógica tienes que tener un cuarto en la mansión- le dijo y ella asintió -así que tu habitación que estaba en mi oficina ya no la usaras más, a no ser por una emergencia- le aclaro

Cierto, ella al estar en Hogwarts no tenia habitación en la mansión por si acaso, ya que lo podían ver por accidente y era mejor prevenir que lamentar, además que se suponía que no se podía levantar de la cama, por ende, no se podía ir de Hogwarts, cuando Tom vino le dijeron la misma mentira y que estaban haciendo el cuarto.

Armando: -además que te compre ropa nueva, ya es momento que tuvieras más ropa en tu armario, si no te gusta alguna me lo dices y vamos a cambiarlo- le dijo y eso sorprendió a Gabriela -además que te compre otras cosas, según tengo entendido, es lo que esta de moda entra las brujas jóvenes- menciono algo avergonzado

Aun no olvida la cara de las señoras al verlo con una revista de brujas jóvenes, tuvo que explicarle la situación y ellas le ayudaron a escoger lo mejor para Gab.

Gabriela: -muchas gracias- dijo agradecida, no se esperaba eso, luego se lo agradeciere como se debía

En los años antes de entrar oficialmente a Hogwarts como estudiante, la mayoría de su ropa consistía en camiones con muchos volantes, típicos de la época, la ropa que tenia cuando llego a ese mundo fue dada por los Dioses para que tuviera algo cuando se le fue dada a Armando, pero luego no pudo usarla por no ser acorde a la época, así que de emergencia Armando compro camisones con volantes para la chica.

Claro, nada de rosa, ya mucho tenia Gabriela con los volantes para que le den uno rosa, no tenia nada contra el color, pero no le iba para ella.

Los usaba mayormente cuando tenia sus clases con sus tutores, ya que tenia que fingir que estaba enferma, incluso Armando le puso un Glamour para darle una apariencia más enferma para ser creíble.

Luego le compro lo básico para cuando en teoría ya podía salir de la cama, eran tres faldas negras hasta la rodilla, dos tipos de zapato negros tipo colegiala, medias blancas, camisas de colores neutrales y algunos suéteres, ya en el primer año no los uso mucho ya que usaba el uniforme de Hogwarts, pero ahora Armando le compro más ropa.

La verdad Gab estañaba sus pantalones, pero en este tiempo las mujeres no los usaban así que se tuvo que acostumbrar a usarlos.

(Por cierto, cambie la foto donde Gab ve la verdadera apariencia de los Dioses eh hice cambios a su vestimenta, si quieren pueden ir a verla)

Armando le sonrió, no le era problema gastar dinero en consentirla, además, con la noticia que le iba a dar ahora de seguro se desmayaba.

Armando: -además, hice algo- dijo con una sonrisa

Gabriela miro curiosa mientras sacaba su varita, murmuro un "Accio" y de repente vino levitando un pergamino, lo tomo y se lo dio a Gabriela, que la tomo con curiosidad, al abrirlo y leer su contenido, sus ojos se abrieron como platos.

Armando: -cobre un par de favores y use algo de soborno, aunque igual los Dioses me ayudaron un poco, pero ahora si preguntan, ya tenemos todo los documentos que respaldan la versión de tu origen, con certificado de nacimiento, documentos de tu estado de salud y de adopción, oficialmente eres Gabriela Eilis Cullen, heredera de los Dippet, así que prepárate que cuando me muera tu vas a tener el titulo de Lady Dippet, y espero de ti que levantes el nombre de nuestra casa porque- no pude terminar porque sintió como Gabriela lo abrazaba con fuerza

Gabriela: -muchas gracias, gracias- dijo agradecida mientras abrazaba a Armando

Gab estaba llorando, no se esperaba que Armando hiciera eso por ella, de milagro pudo decir sus palabras de agradecimiento por el nudo en su garganta, era sensible cuando hacían esas cosas por ella, no pudo no llorar de felicidad.

Armando sonrió y la abrazo, hacer esos sobornos valieron la pena, estaba seguro que Gabriela iba a levantar el apellido de su casa, pero, a pesar de la alegría del momento, estaba preocupado.

Después de todo, era conocedor que Gabriela venia de otra época diferente y estaba preocupado por como reaccionaria la sociedad mágica, ya que una cosa era ser una protegida y otra era ser heredera.

Tal vez los Dippet no eran una de las casa más importantes, pero tenían su fama, y eso le preocupaba. 

Pero, por el momento, disfrutaría de estar con ella, ya luego le ayudaría cuando lo necesitaba.

Cambiare tu futuro, Tom Riddle [Temporada 2]Where stories live. Discover now