Capítulo 12

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Entre besos y caricias lograron llegar hasta la habitación. Manuel como pudo cerró la puerta la tomó de los muslos y la acorraló contra la pared, ella jadeó al sentir el choque de la fría pared en su espalda. La tomó del mentón y la volvió a besar ella ladeó un poco su rostro para que él tuviera mas acceso a besar su cuello, los besos seguían y llegó hasta el valle de sus senos; Mayte buscó la boca de Manuel para besarla, esta vez fue un beso suave donde sus lenguas danzaban él la apretó contra su cuerpo y sin darse cuenta su toalla cayó bajo sus piernas. Mayte gimió suavemente al sentir rozar su erección con su intimidad. Con cuidado camino con ella hasta la cama suavemente la recostó, detuvo su recorrido por el cuerpo de Mayte besó su frente y le confesó lo mucho que la estaba amando en ese momento, se acomodó entre sus piernas y con besos retomó el recorrido por todo su cuerpo, masajeó sus senos suavemente y la travesía de Manuel continuó hasta su vientre ahí dejó pequeñas caricias y posó sus manos en sus costados para quitarle las bragas Mayte, una sonrisa cómplice y Manuel besó el interior de sus muslos Mayte gimió bajito al sentirlo tan cerca de su intimidad que paró en secó a Manuel quien la miró confundido.

- Manuel mi amor, me da pena a mi nunca me -se tapó su rostro-.

- Pena Maytecita -acarició los costados de sus piernas- no hay que sentir pena por amarnos-.

Fue lo último que dijo Manuel y besó sus labios para seguir su recorrido ella sólo se aferró a las sábanas, arqueó su espalda cuando la lengua de su querido guardaespaldas estimulaba suavemente su intimidad mientras ella movía sus caderas, sentía tanto placer en esos momentos que lo tomó del cabello y lo aferró a ella; los gemidos ahogados de Mayte los estaban sacando de este mundo, sintió su cuerpo contraerse y Manuel siguió brindandole placer hasta que un poderoso orgasmo llegó y ella aferrada a las sábanas solo cerró sus ojos y le regalo una satisfactoria sonrisa a Manuel.
Él comenzó un nuevo recorrido de besos y se acomodó entre sus piernas, ambos jadearon al sentir la fricción de sus intimidades, Mayte le sonrió dando acceso al siguiente pasó y Manuel lentamente entró en ella esperando a que se acostumbrará a él. Mayte solo suspiró y abrió su boca segundos mas tarde se movió lentamente haciéndole saber a Manuel que estaba más que dispuesta, las embestidas comenzaron lentas, se besaban a su antojo mientras Mayte enterraba sus uñas en la espalda de su amado hombre, ella comenzó a moverse más rápido , de repente sintieron su cuerpo contraerse y al sentirla Manuel la tomó fuerte de sus caderas para profundizar sus embestidas, los gemidos anunciaban lo inevitable y un poderoso orgasmo se apoderó de ambos. Mayte le regaló una gran sonrisa a Manuel mientras él besó su nariz y se recostó  en su pecho con cuidado tratando de recuperar la respiración aprovecharon de hacerse cariñitos.
La tormenta fue testigo de aquella tarde llena de amor y pasión desbordada. Mayte se acurrucó en los brazos y ambos se quedaron dormidos sintiendo su cuerpo muy cerquita, hasta que el ruido del celular la despertó. Era Isabel.

- Mayte ya es tarde dónde están ya vienen por qué no contestas el celular -preguntó del otro lado de la linea la castaña un tanto enojada-.

- Isabel aún no nos vamos hay una tormenta -dijo medio dormida- pero apenas se calme nos vamos, no respondía el celular porque estaba en silencio y el ruido de la lluvia me relajó y me dormí -sonrió al recordar lo que había sucedido-.

- No regresen, mañana es viernes les diré a las chicas que nos vayamos para allá mañana temprano así aprovechamos para que Adelita conozca.

- Que gran idea, puedes traernos ropa porfavor si estaremos hasta el domingo tendremos que andar cómodos y comida también aquí hay muy poca.

Las hermanas Lascurain siguieron hablando unos minutos más, al cortar la llamada se recostó en la cama en ese momento se percató que Manuel no estaba y la lluvia había  cesado, el cielo se había despejado y la luna estaba comenzando a salir. Se levantó de la cama buscó una camiseta y fue en busca de Mijares, quien estaba preparando algo para comer.

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