EJÉRCITO DE DUMBLEDORE

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Estaba en la sala común de Gryffindor con Harry, Ron y Hermione. Había estado
unas cuantas veces, entraba con la capa de invisibilidad, siempre a altas horas de la
noche para que nadie se diera cuenta.

- ¡Loca, malvada y vieja gárgola!, no estamos aprendiendo a defendernos solos, no
estamos aprendiendo a superar los T.I.M.Os, se está adueñando de la escuela.

La seguridad es y será la más alta prioridad del Ministerio.

Harry subió el volumen de la radio.

Es más, tenemos evidencia convincente de que estas desapariciones son obra del
famoso asesino en serie: Sirius Black.

- ¡Harry!¡Harry!

- Sirius.- Dije confundida ya que su cara eran las llamas del fuego.

- Oh, hola Gia, que bien que estés aquí.

- ¿Qué estás haciendo aquí?.- Preguntó Harry.

- Contestar a tu carta, os preocupa Umbridge. ¿Qué está haciendo?

- La cuestión es, que no está haciendo.- Contesté.

- No nos deja usar magia.- Dijo Harry.

- No me sorprende. Según tengo entendido, Fudge no quiere que estén entrenados
para el combate.

- ¿Combate?.- Pregunté.

- ¿Cree que vamos a formar un ejército de magos?.- Preguntó esta vez Ron.

- Eso es exactamente lo que cree. Que Dumbledore está reuniendo fuerzas contra
el Ministerio, se pone más paranoico con cada minuto que pasa. A los demás no les
gustaría que dijera esto pero las cosas no van muy bien en la Orden. Fudge está
bloqueando la verdad y todo empezó con desapariciones la última vez. Tened
cuidado, sobre todo tú Gia.

- ¿Que?

- Se ha visto a Draco muy sospechoso estos días.

- Lo sé, está más distante de lo normal y ya no me cuenta nada.

- Ten cuidado, tened cuidado. Voldemort está volviendo.

Me levanté y fuí hacía la ventana, llovía.

- ¿Desde cuando está raro?.- Hermione habló.

- Desde hace unas semanas.

- ¿Le has hablado de la Orden?.- Harry ésta vez.

- No, por supuesto que no.- Me giré indignada.- ¿Por quién me tomáis?

- ¿Sabe de las pesadillas?

- Si, eso si, no pude esconderlo.

- ¿Las has vuelto a tener?.- Asentí.- ¿Cómo eran?.

- La última, estaba en los pasillos subterráneos del ministerio, había una puerta, Voldemort quería que cogiera algo de allí. Una-

- Una bola de cristal.- Finalizó Harry.

- Exacto, ¿Cómo lo sabes?

- Porque yo también tuve la misma pesadilla.

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La semana siguiente nos dirigimos a un bar alejado de Hogsmeade.

- Mírale el lado bueno, no puede ser peor que cara de sapo.- Dijo Ron. Reí.

- ¿Malfoy sigue igual?

- Algo, intentaré hablar con él.

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Llegamos al sitio.

- ¿Quién va a venir?.- Preguntó Harry.

- Solo un par de personas.- Le respondió Hermione.

Al entrar no había nadie más que el dueño y su cabra.

- Que acogedor.- Dije.

Al bajar a la bodega había más de 15 personas, me estaba empezando a poner
nerviosa y no era yo la que iba a hablar. 

Entre ellos pude distinguir a Luna, Cho, Ginny, Neville, Los gemelos que me
saludaron cuando entré y un par más de Gryffindor.

Hermione empezó a hablar sobre que teníamos que defendernos solos, que
Umbridge no hacía nada y sugirió a Harry como profesor.

- ¿Por qué?

- ¿Por qué? Porque quien-tu-sabes a vuelto idiota.- Dijo Ron.

- Eso dicen ellos.- Dijo el chico señalándonos con la cabeza.

- ¿Acaso crees que mentimos?.- Le pregunté.- ¿Crees que Harry mató a Cedric?
¿Crees que a mi me gusta ver a Voldemort en mi cabeza cada vez que cierro los
ojos? ¿De verdad lo crees?

El chico se calló. Harry no había dicho palabra desde que habíamos llegado, pero
no miraba con cautela.

Si Potter pudiera decirnos más sobre cómo murió Diggory.- Dijo otro chico.

- No voy a hablar de Cedric, si habéis venido para eso, allí tenéis la puerta.- Dijo poniéndose de pié.- Vámonos, han venido solo porqué soy el fenómeno.- Dijo agarrándome el brazo.

- ¿Es cierto que puedes invocar un patronus?.- Habló Luna.

- Si, puede. Yo lo he visto.- Dijo Hermione.

- Vaya, no sabía que podías hacerlo Harry.- Dean Thomas dijo.

- Y mató a un basilisco, con una espada en el despacho de Dumbledore.- Neville
esta vez.

- En tercero se enfrentó a cien dementores por lo menos.- Ron recordó.

- Y el año pasado peleó contra quien-vosotros-sabéis en persona.- Hermione.

- Esperad, todo suena maravilloso cuando lo decís así pero, la verdad, la mayoría
de las veces fué suerte. No sabía lo que hacía y casi siempre tuve ayuda.- Explicó

- Está siendo modesto.- Repuso Hermione.

- No Hermione. Enfrentarte a esas cosas en la vida real no es lo mismo que en la
escuela. En la escuela, si te equivocas lo puedes volver a intentar. Pero allí fuera,
cuando estás a un segundo de ser asesinado o ver a un amigo morir ante tus ojos. No sabéis lo que es eso.

- ¿De verdad ha vuelto?.- Todos asentimos.

Al rato todos se estaban alistando al ejército de Dumbledore, accediendo a que
Harry les diera clases.

Fuimos a buscar un lugar seguro para practicar, el cual fué la sala de los
menesteres.

Oh Pequeña [Draco Malfoy] 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora