CAPITULO 4

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Aubrey

El dolor me mantiene centrado, viendo cómo caen poco a poco los hombres que creen que  tienen oportunidad, aún tengo algo que hacer cuando salga de aquí, pero me satisface sacar la rabia de mi sistema

No tengo armas, solo infinitas ganas de acabar con cada una de las vidas que pisan este ring, aún cuando saben que van a morir, sin importar cuánto se esfuercen, cuánto luchen, sus vidas ahora son materia sin vida, pedazos inertes órganos, corazones que dejaron de latir,  pulmones que ya no respiran

Ahora solo queda una persona en pie, solo una persona que entra y sale sin importarle nada, la única persona capaz de entrar sin armas a una pelea a muerte y salir con vida y sin un solo aruño — a parte de las manos magullladas —, por eso muchos temen al escuchar mi nombre

Soy un ángel, un dios en las sombras, que avanza en medio de la oscuridad, una sombra que crea caos, y deja muertes a su paso, en eso me he convertido, y no me arrepiento de nada, no me arrepiento de que mi nombre sea escuchado y temido

Porque saben de lo que soy capaz , saben a lo que se enfrentan cuando me ven, cuando se atreven a pronunciar mi nombre, saben que soy un monstruo que acecha, cazando en medio de la noche, que hago parte de la oscuridad, y no me importa que se me vea de ese modo

Paso las manos por mi frente retirando el exceso de sudor que corre por ella y bebo del agua que me ofrecen para avanzar en silencio, con elegancia, despacio y sin prisa, como si estuviera caminando sobre una alfombra roja o en un evento importante, tal vez sea un evento importante

Yo acabando con la visa de muchos

El silencio reina en la instancia, porque muchas veces destesto el ruido y todos aquí lo saben, así que se quedan callados, tomando alcohol en grandes cantidades para evitar verme, aunque están esos que no me despegan los ojos de encima hasta que subo las escaleras y entro al reservado donde espera Jenkin, y entonces otra vez empiezan los gritos...

Los silbidos exigiendo más sangre, me acerco al ventanal y veo como aclaman más de lo que acaban de presenciar, aún cuando hay personas que no hacen parte de ese tumulto, veo gente follando, otras más bebiendo, fumando y luego están los que se preparan para morir o matar

Siento como la camiseta se pega a mi piel, por la sangre que derrame minutos atrás y camino hasta el baño del reservado, Defne se pega a mi, y gruño apartandola, sabe que no me gusta que llegue dónde estoy y se pegue a mi como una maldita pulga

—¿Desea algo, mi señor? — susurra coqueta, tiene el cabello negro, los ojos de igual modo y su mirada me recuerda que Jenkin la saco de Turquía, ruedo los ojos viendo una última vez el espectáculo, donde los hombres dentro tratan de hacer así sea una parte de lo que yo hice

—Solo un vaso de ginebra — expreso seco, no puedo tardar aquí,  abro la puerta, es un baño mixto, con ducha y sanitario, antes de cerrar la puerta  por completo miro a la mujer que se queda a la espera de otra orden — y ropa

Asiente y hace una mueca, creo que reza todas las noches para que la folle, o para que la note, pero me da igual tiene una función que se límite a ella, cierro la puerta y apoyo la espalda en esta, escucho el sollozo ahogado de alguien y gruño de nuevo, pues creía que estaba vacío, quiero devolverme para salir pero observó la figura que llora sobre el lavado

Me acerco con cuidado, ella no ha notado mi presencia, pero murmura cosas en inglés que no le entiendo,  revisa su espalda de vez en vez, gruñendo, me acerco despacio, haciéndome visible para ella y en vez de gritar como una persona normal lo haría, tengo en segundos un fino cuchillo sobre mi cuello

Sonrió de lado, viendo sus ojos azules, lo fácil que sería hacer que suelte mi cuello, y lo rápido que mis labios alcanzarían los suyos, el cabello castaño le cae suelto sobre la espada pero algunos mechones caen sobre su rostro, el cual aún tiene retazos de sangre, por lo que hizo antes de yo subir a matar gente

También tiene algo de sangre sobre los brazos, ella suspira, con la respiración acelerada y baja el cuchillo, dando un paso atrás, soltando una maldición cuando se golpea la espalda con el lavado, llevo mi vista hacia allí luego de relamer mis labios, ella sigue el movimiento de mi lengua y si no se controla, no me importaría besarla ahora

Quiero hacerlo, quiero besarla

Perdone señor Hoffman — susurra, su voz dulce, con un matiz suave y en un decibel que parece sirena, ladeó la cabeza y sonrió de nuevo — es la costumbre...

—Tienes buenos reflejos — murmuró seco, para que no vea cómo mi interés se pierde en cómo separa sus labios y los mueve, así que dejo que  regrese al espejo limpiando la herida que tiene, solo es un aruño o eso parece

Pero brota sangre como si fuera más grande, me acerco de nuevo y me pegó a ella con la intención de revisar la herida, escucho como suelta un pequeño chillido, veo de reojo como separa los labios y aprieta el cuchillo, antes de que pueda hacer algo más y concentrarme en la herida, jalo el cuchillo y lo coloco en el mismo lugar que ella lo hizo antes, queriendo darle una lección

»—Jamás le des la espalda a alguien a quien pretendías atacar, unos buenos reflejos no te salvarían — expreso como un consejo, ella traga en seco pero asiente y bajo el cuchillo de nuevo pasando la hoja por su brazo sin llegar a tocar

Se eriza, su piel se estreceme ante ese mínimo contacto, llevo aire a mis pulmones luego de respirar profundo y dejo el cuchillo a un lado, inclinandome sutilmente para ver la herida, a simple vista no es profunda pero sigue botando sangre como si lo fuera, enarco una ceja con sutileza sin entender porque

—No es profunda — murmura cómo si me leyera la mente — siempre he sido de sangre escandalosa, así que pareciera que si lo es... — su voz se quiebra mientras me da una explicación que no pedí

Vuelvo a mi lugar asegurando lo que ella dijo, y entonces me tomo el tiempo de apreciar su espalda, es delgada pero es bastante fuerte, tiene un tatuaje de dos pequeñas alas sobre su homoplato derecho, y otro más escondido en su costilla, son unas aves volando hacia su pecho

Y hay uno más, está escondido sobre el inicio de su trasero...

»—Son luciérnagas — explica, siguiendo la vista de lo que yo veo — dicen que cuando las atrapan, pides un deseo y este se te concede — aún sigo preguntándome en qué momento le pregunté, pero no la callo, me mantengo impasible — justo ahora desearía poder líbrame del castigo...

Enarco una ceja y la veo de nuevo a sus ojos, ella suspira y se mete a uno de los cubículos dejándome confundido sobre mi lugar

Gruño de nuevo caminando al cubículo siguiente y le abro paso a llave del agua, sonriendo ante la idea que corre mi mente cuando veo el piso y este empieza a llenarse de la sangre que tengo pegada a el

Oscuridad ~ Hoffman #4Where stories live. Discover now