Son casi las dos de la mañana y Louis está actualmente acostado en su cama, sintiéndose sorprendido de cuán activos están todos sus sentidos. Su mirada se desliza por todos los ángulos del techo blanco, sus dedos tamborilean suavemente sobre su pequeño bulto, su mente recorre la conversación que tuvo con Harry hoy.
"¿Mami quiere paletas heladas? Sé que son tus favoritas" preguntó Harry cuando Louis caminaba descalzo por el pasillo de la casa, tomando el aire fresco de la noche. De todos los años de trabajo como matrona, aprendió que caminar al menos 30 minutos al día durante la primera fase del segundo trimestre puede fortalecer los músculos para un buen desarrollo del feto. Nunca deja de pensar en el estado del bebé desde que se despierta hasta que cierra los ojos durante la noche. Esperemos que disfruten creciendo en su barriga.
Nunca podría decir que no a las paletas heladas del Sr. Bennett. Pero tenía algo más importante que abordar ahora que Harry había regresado de la granja. "¿Por qué siempre me llamas mami?"
La mirada en el rostro del alfa era confusa. Colocó sus botas sucias al lado del estante en lugar de en el estante solo porque era un alfa. Louis rodó los ojos internamente pero no dijo nada porque, bueno, es la casa de Harry.
"Porque... ¿estás embarazado de mi hijo?"
"Sí, pero no voy a estar allí para criarlos. Eso no me convierte en su verdadera madre".
Harry parecía como si le hubieran salpicado un balde de agua fría en la cara. "Yo... en realidad nunca pensé en eso". Levantó la mirada del suelo y miró a Louis. "Simplemente se siente bien llamarte su mami—"
"¿Sí?" Había un pequeño estanque de baba formándose debajo de sus pechos, la idea de que Harry posiblemente lo considerara como la verdadera mamá de su hijo puso una sonrisa en su rostro.
"Por ahora, sí". Su sonrisa vaciló. Frunció el ceño cuando Harry se acercó a él con una brillante sonrisa. "En cuanto a ahora, eres como su mamá. Los alimentas con alimentos saludables y amor, así que técnicamente eres su verdadera mamá".
"Técnicamente." Su emoción se agrió y retrocedió un poco cuando Harry se acercó a él, todavía sonriendo como un estúpido y solitario padre calvo. Podía sentir la fuerza inminente debajo de sus líneas de flotación, amenazando con exponer algunas lágrimas. No podía concentrarse en otra cosa que no fuera Harry, lo que implica literalmente que solo estará allí temporalmente. Por supuesto que estaba consciente de ello, pero que el alfa le recordara que podría o no haber comenzado a construir un pequeño trono en su corazón dolía. Ya no estaba escuchando a Harry, esa era suficiente amarga verdad para él por hoy.
"Sí, técnicamente. Pero no me importa si tú..."
"No quiero paletas heladas. Gracias." Se dio la vuelta y entró en la casa antes de que pudiera dejar que sus hormonas lo golpearan por completo en un colapso emocional frente al alfa.
Y ahora su lengua se agita en busca de paletas heladas. Un montón de paletas heladas, particularmente del pequeño puesto del Sr. Bennet.
Pero la cosa es que no ha hablado con Harry desde la noche. Se niega a salir de la habitación para no tener que enfrentarse al alfa después del incidente de la noche. Él sabe que el hombre mayor probablemente esté confundido en cuanto a por qué Louis está actuando de esa manera, especialmente cuando ignoró su llamada a la puerta durante la cena. Afortunadamente, Harry es un hombre con sentido común y había dejado la cena frente a la puerta, a la que Louis se había agarrado rápidamente antes de cerrar la puerta de roble sin ningún cuidado.
Intenta hacer desaparecer el antojo como lo había hecho unas cuantas veces antes cuando estaba demasiado exhausto para levantarse y colarse en la cocina de Harry. Él sabe que estaba siendo demasiado emocional, cuando termine su contrato de arrendamiento, por supuesto, seguirá con su propia vida y dejará atrás a Harry y su hijo. Ese es el único papel de ser madre sustituta y él lo sabe. Incluso antes de aceptar el arreglo, se le dio un par de semanas para pensar en las consecuencias y eso fue tiempo suficiente para que considerara el pago y, lo que es más importante, su confianza para llevar al bebé por una duración total de nueve meses sin alterarse emocionalmente. Por supuesto, se le permite su presencia en cualquier ocasión esperada, como la lactancia o las sesiones de contacto piel madre-hijo en los días siguientes después del parto, pero eso es todo. Y él lo sabe.
