Atrás quedó la laxitud que cubre su cuerpo cuando se despierta de nuevo; está ocupando la mayor parte de la rutina de hoy, ya que ha perdido la cuenta de cuántas veces se despertó sobresaltado en las últimas horas. Permaneciendo en el aire está la alta temperatura que va más allá de lo pálido, no hay forma de que la Tierra pueda estar tan caliente. Louis desearía tener la energía para dar vueltas y ahorrar algunos poros respirables en su piel, pero ni siquiera puede tratar de sacar algo de espíritu con el dolor en sus pezones. Sin siquiera mirar, solo sabe que los dos capullos en la punta de sus pequeñas y redondas tetas están ardiendo a la sombra de la araña roja, furiosos y penetrantes. Se habría conformado con reconocerlo como una desagradable picadura del chinche si no fuera por el rastro pegajoso a lo largo de la cresta de sus senos, el rico aroma de vainilla espesa que envuelve su nariz.
Siseando, pasa la punta de su dedo para atrapar un trozo del rastro antes de lamer el sabor en su lengua. La miel es la primera reconocida por sus papilas gustativas antes de que la rica crema que se parece al yogur de fresa haga notar su presencia.
Su leche materna.
Eso explica el dolor continuo en sus protuberancias y las tetas cada vez más grandes durante las últimas semanas, la inquietud desaparece en un abrir y cerrar de ojos ahora que algo se ha registrado en su mente. Es capaz de alimentar a su cachorro.
Estaría chillando de alegría al darse cuenta si su cuerpo no se estuviera calentando como si se estuviera transformando en un súcubo y sus pechos no estuvieran tan llenos. Sin embargo, lo deja un poco asombrado momentáneamente, cuando literalmente puede sentir el flujo de leche bombeando en su pecho, pero su sonrisa se ve interrumpida por el repentino pellizco en sus tetas nuevamente.
Sentirse todo pegajoso y lejos de estar cómodo en su pecho es una cosa, y las bragas humedecidas unidas a su trasero y probablemente mojando su nido definitivamente lo hacen sentir impotente. Hay un río de resbaladizo que corre por sus paredes, sin hacer absolutamente nada para atenuar la presión en su mitad inferior. Y a pesar de estar lleno desde el pecho hasta la barriga, la necesidad de que lo llenen en otra parte aparentemente se está volviendo más intensa.
"Ouch..." un gemido escapa de sus labios mientras se gira un poco para despertar a Harry, quien está medio piernas dentro de su nido. "A-alfa... despierta, por favor". Comienza a sollozar cuando el alfa sigue roncando como si no hubiera un mañana, y Louis solo espera que su fuente no se rompa en medio de la noche cuando Harry es literalmente un tronco abandonado. "Alfa..." Frunciendo el ceño, pellizca la gran nariz de Harry, probablemente un poco demasiado fuerte porque el alfa inmediatamente se sobresalta, los rizos vuelan como un loco.
"Bebé, omega. ¿Qué pasa...?" La nariz de Harry se ensancha unos momentos después de fruncir el ceño ante el estado angustioso de Louis. "Vaya."
"Por favor, me duelen los pezones". El dolor parece disminuir un poco cuando Harry se estira por encima del hombro y frota un poco de calor sobre su piel, pero Louis solo siente la necesidad de buscar más y más simpatía del alfa mientras hace un puchero, amando cómo el temblor frente a él afecta el hombre. Harry tiene mucha atención y cuidado que dar, y quiere que se los dé todos, y posiblemente más. La codicia ha alimentado su embarazo, pero Harry es el culpable.
"Estás ordeñando", afirma Harry, con los ojos fijos en los capullos de color rosa brillante donde gotean gotas de líquido cremoso que fluyen generosamente.
"Lo sé... pero duele. E-es demasiado." Sosteniendo ambos pechos llenos con las dos manos, intenta masajearlos, así que tal vez, si tiene la suerte, pueda aliviar la tensión hinchada. Pero desafortunado para él, el acto solo hace que su cuerpo produzca aún más leche, sus pezones son demasiado sensibles por la falta de un bebé que beba el líquido que fluye abrumadoramente. El dolor punzante saca un gemido más largo de él esta vez y dios, no puede soportarlo más. "Necesito que bebas mi leche ahora".
