—¡Qué pasada! ¿Has hecho esto tú solo?
Yon había preparado canelones de setas y seitán él solo, con una capa de bechamel y queso rallado gratinado.
—Me han dado el día libre en el trabajo, como ha sido algo repentino no tenía nada que hacer, así que he decidido sorprenderte.
—¡Qué suerte tengo de tener un novio que sabe cocinar! —pruebo los canelones y casi se me cae la baba—. Amor, están deliciosos.
Yon sonríe satisfecho.
—Lo sé, los he probado hace rato.
Bigotes se sube en tres ocasiones a la mesa, al parecer le llama la atención el olor de los canelones, e intenta probarlos en varias ocasiones. Al final le doy a probar con el dedo un poquito de salsa y luego lo dejo en la silla de al lado, extrañamente parece conformarse con eso.
Después de comer echamos una pequeña siesta, de unos veinte minutos, antes de tener que salir corriendo a trabajar.
Cuando llego al trabajo me encuentro con Jana destrozada, con la mirada perdida y apagada. Al irse los últimos clientes, me cuenta que su pareja ha decidido por su cuenta irse a trabajar al extranjero.
—Después de seis años de relación, y cuatro de convivencia, va y me dice que su vida profesional es más importante que la amorosa —varias lágrimas empiezan a deslizar por sus mejillas—. ¿Te lo puedes creer?
No sé muy bien qué decirle, pero si me llega a pasar a mí me quedaría hecha polvo.
—¿Y tiene que irse solo?
—Yo ahí no tengo trabajo, tampoco tengo mucho ahorrado, y no sé inglés... He intentado hablar con él, buscar alguna solución en la que podamos seguir juntos, pero se enfada y me dice que la decisión ya está tomada, que no cambiará su crecimiento personal por un futuro conmigo.
Pongo el cartel de "cerrado" y le preparo una taza de té para que se calme.
—Hay gente que es así, no le da tanta importancia a la vida amorosa como a la profesional.
Una de las nuevas integrantes se acerca por primera vez a Jana, trepa a sus piernas y se acurruca en ellas. Jana le acaricia el lomo y empieza a ronronear.
—¿Quién puede preferir un trabajo a una persona a la que amas? Me siento un objeto, sinceramente. Él sabía perfectamente que no podría ir con él, tampoco se plantea volver a corto plazo, así que una relación a distancia no es viable.
—Lo siento mucho Jana...
—Más lo siento yo —coge aire y lo suelta lentamente—. He perdido seis años de mi vida con alguien para el que solo soy un complemento que puede dejar atrás en su vida.
—Tampoco te fustigues de esta manera Jana, tú eres una persona maravillosa, si no te valora es su problema.
Niega con la cabeza, le da un sorbo al té y cierra los ojos con fuerza. Varias lágrimas ruedan nuevamente por su rostro.
—Me jode mucho pensar que para mí es alguien tan importante. Yo nunca hubiera cambiado la relación que teníamos, ni por todo el oro del mundo. En cambio él —empieza a sollozar—, no me ha dejado hablar con él, ni opinar... Nuestros sueños de pareja han quedado totalmente eclipsados para él, no los ha tenido en cuenta.
—¿Eso te ha dicho?
—Según él, le ha costado tomar esta decisión porque me quiere, pero no puede anteponer nuestra relación a una mejora laboral y una experiencia como es el vivir en el extranjero. Entendería algo así en una pareja que lleva poco tiempo, que está mal o que son jóvenes. Pero no es nuestro caso. ¡Si hasta nos estábamos planteando tener un hijo! ¿Me hubiera abandonado estando embarazada? ¿Lo hubiera hecho cuando nuestro hijo tuviera cinco años?
Me duele verla tan destruida. Sabía que había gente tan obsesionada con su trabajo como para hacer estas cosas, pero no conocía a nadie. ¿De qué le sirve tener un buen trabajo lejos de la gente que quiere? ¿Para qué quieres logros si no tienes con quién compartirlos?
—Jana, es inútil intentar comprender esta situación o mirar de entender su punto de vista, porque no podrás sacar nada que no sea sufrimiento. Para nosotras, que valoramos tanto las relaciones y el amor, es algo incomprensible, va con la personalidad de cada uno. Si te sirve de consuelo, yo también me sentiría abandonada.
Me abraza con fuerza mientras solloza en mi pecho.
—No se lo puedo perdonar Lis, y dudo que pueda hacerlo nunca. Me ha hecho creer que yo era importante para él, que teníamos futuro, y quizá sí que lo era; pero al final se marcha y me deja tirada. Puede que sí que le haya dolido tomar esta decisión, quizá sí que sufra por esta situación, pero soy yo la que tengo que cargar con las consecuencias de una decisión que no he tomado.
No digo nada más, la entiendo, así que la abrazo y dejo que llore todo lo que necesite.
La gata, a la que le pusimos Hope, no se ha movido del lado de Jana en todo el rato, imagino que por eso decide adoptarla y ese mismo día se la lleva a casa. No le cambia el nombre, dice que le viene perfecto teniendo en cuenta la situación en la que han conectado. Al irse acompañada, se marcha con una leve sonrisa en el rostro; le costará superar este duro golpe, pero parece que Hope va a hacer que el proceso sea más ameno.
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Más allá de tu ausencia
Teen FictionTercera parte de "Tu ausencia me llevó hasta él". Lis y Yon están en su mejor momento: han formado una familia preciosa junto a Bigotes, tienen trabajo estable, no hay problemas de convivencia, confían plenamente el uno en el otro... En resumen, han...