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seokjin desde que empezaron a sacarse la ropa a pequeños y dulces besos, acompañados de lindos toques y aromas, sintió la mecesidad de decirle al menor lo bueno que era. aún si no hizo nada, seokjin quería halagarlo.

su omega quería impulsar al otro a que intente cosas con él, que haga lo que quiera, sintiéndose enfermo al sentir que se iba a correr con tan solo la mirada del menor en él.

ah~

era tan sensible y muy perceptivo.

sus piernas temblaban y la necesidad de su omega de sacar la lengua y recibir una buena cantidad de saliva del menor por haber sido bueno, lo ponían en una situación muy vergonzosa.

pero más vergonzoso era el haber corrido su cabeza hacia un costado para invitarle al omega morderle, sabiendo que aquello solamente ocasionaría un daño físico.

pero, oh dios

jimin jadeó y enterró su rostro en su cuello, y mordió igual, no sabiendo si le importaba o no si le creaba una marca real. los dos gruñeron satisfechos, uno por sentir la lengua lamerle la sangre, y el otro por pensar que estaba tratando bien al mayor.

──anúdame.

y el ánimo de jimin decayó al escuchar las palabras, sintiendo una gran inseguridad ante el pedido y lo que realmente quería seokjin.

él quería un alfa.








La-huerfanita
espero que te guste

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