❝No todo lo que es oro reluce,
No todos los que preguntan están perdidos;
Lo viejo que es fuerte no se marchita,
Las raíces profundas no son alcanzadas por la helada.
De las cenizas se despertará un fuego,
Una luz de las sombras brotará;
Renovada se...
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Cuando Rosemary abrió los ojos, se encontró con confusión y un tono negro. Parecía estar de pie en una habitación oscura y no podía recordar haberse quedado dormida o cómo había llegado al lugar donde estaba.
"¡Rosemary!" una voz gritó haciendo que se le erizara el vello de la nuca.
"¿Edmund?" Susurró confundida, preguntándose dónde estaba el chico y por qué su voz sonaba tan asustada.
"¡Rosemary!" gritó otra voz, esta perteneciente a la de una niña que sonaba como si estuviera tratando de no llorar.
"¿Lucy?" Rosemary preguntó, su voz se elevó un poco cuando sintió que una ola de pánico la invadía.
Rosemary comenzó a caminar hacia adelante, tropezando en la oscuridad mientras respiraba con dificultad. "¿Edmund? ¿Lucy?" Rosemary gritó. "¿Dónde estáis? ¿Qué está pasando?"
La única respuesta fue que los dos gritaron su nombre nuevamente, esta vez en una frecuencia mucho más alta que hizo que su cabeza palpitara. "¡Edmund! ¡Lucy!" Rosemary gritó mientras comenzaba a correr en la oscuridad.
Se sentía como si no fuera a ninguna parte, pero Rosemary estaba demasiado concentrada en tratar de encontrar a Edmund y Lucy como para que le importara. Antes de que supiera lo que estaba sucediendo, la habitación brilló con un relámpago que la hizo caer sorprendida al suelo, que en ese momento se dio cuenta de que estaba mojado por la lluvia que no había notado.
"¿Qué?" Rosemary susurró confundida cuando una niebla verde apareció repentinamente de la nada, llenando el espacio a su alrededor y arremolinándose a su alrededor haciendo toser a la niña.
El relámpago brilló de nuevo, iluminando la habitación que Rosemary acababa de darse cuenta de que no era una habitación en absoluto. O tal vez lo había sido al principio, pero donde estaba ahora definitivamente no era una habitación.
Parecía ser una especie de cueva con una abertura en la parte superior que permitía que la luz del relámpago pasara. En la cueva había agua hasta donde alcanzaba la vista con rocas esparcidas por todas partes, en una de las cuales ella estaba sentada actualmente.
"¡Rosemary!" Edmund y Lucy gritaron de nuevo haciendo que la niña se pusiera de pie.
"¡Edmund! ¡Lucy!" Rosemary gritó, sus ojos buscando frenéticamente el área a su alrededor, pero sin encontrar nada.
Estaba demasiado ocupada buscando a los dos Pevensie para notar que algo se elevaba del agua detrás de ella. Fue solo cuando el relámpago brilló causando que una gran sombra se cerniera sobre la niña que se congeló.
Los instintos protectores de Rosemary se estaban volviendo locos y vacilante se dio la vuelta, secándose el cabello ahora húmedo de la cara. Un grito ahogado salió de sus labios al ver a una criatura similar a una serpiente gigante saliendo del agua con los ojos puestos en ella.
