🦖020|Mandados🦖

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¿Qué tan difícil era para tres niños ir a comprar sólitos por primera vez?

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¿Qué tan difícil era para tres niños ir a comprar sólitos por primera vez?

Seokjin después de ver un programa  donde padres mandaban a hacer los primeros mandados a sus hijos quería intentarlo con los suyos.

—¿Qué tienen que comprar?— preguntó mientras colocaba los tiernos zapatos de Taetae.

—Cocholate— Mimi saltó en su lugar con sus manitas sosteniendo una mini bolsita donde llevaba el dinero y una bolsa de tela para después colocar sus compras allí.

—¿Qué más?— levantó al rubio para colocar una sudadera.

—Azúcar y-y cuatro mandaniras— Koo respondió con algo de duda mientras sostenía un pequeño banderín amarillo que decía "Alto".

—Man-da-ri-nas— sonrió besando la regordeta mejilla de su conejito —¿Cómo es el camino?

—Casa nuestra, parque, frutería— miró a Mimi.

—Supelmecado, flutelia, palque y casita.

—Muy bien amores, no suelten a Taetae ¿Sí?— abrazó a los tres —Yo los esperaré en la entrada.

—Bueno.

—Recuerden ir juntos los tres y mirar hacia los lados cuando vayan a cruzar.

—Sí appa.

—Amosh— el rubio rodó los ojos.

¡Ya quería salir a pasear como niño grande!

Aunque no tan grande ya que usaba un pañal y su chupete se encontraba en su boquita.

Los tres hermanos salieron de casa y antes de tomar sus manitas saludaron al mayor.

—Ilemos al palque, palque, palque— Jiminnie daba pequeños saltos adelantándose.

—Mimi el bebé no camina tan rápido— regañó el pelinegro deteniéndose.

—Mila Kookie, floles— apuntó a unas pequeñas flores amarillas —Hay que llevale a mi appa.

—¡Tienes razón!— sonrió en grande, soltó la manita de Taetae que miraba con curiosidad a sus hermanos.

Dejando el banderín de "Alto" en el suelo comenzó a arrancar prácticamente las pobres flores.

—¿A que olelan?— se acercó oliendo las flores —Huele holible.

—Le tiraremos perfume tonto— rodó los ojos mientras metía a presión las flores en la bolsa de la pequeña sudadera que llevaba Taetae —Vamos.

—Palque, palque— apuntó al parque de su barrio, este se encontraba vacío ya que estaba en reparación.

—¿Dónde hay un pato?— el pelinegro frunció sus cejas mirando al rededor.

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