capítulo 8

215 13 1
                                    

Hola, cómo están? Pasaba para advertir:

Este capítulo contiene contenido maduro ⚠️ (unos cuántos renglones)

Leer con responsabilidad

◇♧◇♧◇♧◇♧◇♧◇♧◇♧◇♧◇♧◇♧◇♧

Año 2006

P.o.v Marizza

–¿Mia dónde estás? Ya nació. Manuel sólo pregunta por vos.

Me hice a un lado de la habitación. Sí, estaba con Manuel y la chica mamá de mi sobrina:

Rocío.

Divina, todo una bomba, eh.
Morocha, ojos claros, rasgos finos, labios color intenso, alta. Que persigue una carrera de actriz.

Esa mujer ni pariendo se ve mal.

Y la pobre mononeurona... Ni la puede ver a los ojos, menos cuando a Rocío se le notó la pancita de embarazo.

Es que yo debí de haber echo más que solo tirarle una botella de agua a Manuel.

–No puedo, Marizza –decía entre llanto

Un doctor se llevó a la nena.

–Mia.. no te hagas esto porfavor

–Me está matando.

–Ay, Mia.. –exclamé con pena– voy para allá

Apagué el teléfono antes de que pudiese decir algo más

–Manuel, vuelvo luego ¿ok?

–¿Hablaste con Mia?

Negué con la cabeza y salí en cuanto pude.

Ni me imagino que haría yo en los zapatos de Mia, o bueno sí lo hago. Castrar al imbécil. Picar sus pelotas en pedacitos

Me quité todo el estúpido disfraz de protocolo, ando con muchísima bronca encima.

–Hey, hey ¿pasó algo? –preguntó Pablo al cuál no lo dejaron entrar

–No, soltame! –advertí

–¿Entonces? –insistió

–¿Qué te importa? Soltame –amenacé

–No. Algo pasa y.. y.. yo me preocupo – se alzó de hombros

Se quiere morir

–Andá con alguna de tus amiguitas

–Che, para un poco. ¿Ahora qué te hice?

–Vos tenés la culpa, vos y Manuel. Bravo los felicito, por pensar con el pito destruyen Erreway y a las personas que los aman!

–¿Vos me amas?

En un micro segundo entre en pánico, luego rodee mis ojos y finalmente logré que Bustamante me soltara, al quitar mi brazo con fuerza

–¿Amarte, Bustamante? Por mucho tiempo me pregunté: ¿Acaso vos sabes lo que es el amor?. Ya veo que no, sos tarado, lo que hubo entre nosotros fue costumbre. Aquí –nos señalé a los dos– no hubo, ni hay nada.

Finalmente no volteé a mirar su cara. Sabía que había sido dura. Y no podría con el remordimiento.

Al final no solo Mia estaría sufriendo mal de amores hoy, yo también. Cada puto día, amo tanto a Pablo que lo odio. Pero eso es algo que jamás podría admitirle.

Odio que me haga sufrir.
Odio que no podamos estar juntos. Odio hacerlo sufrir, tantas cosas que odio que perdí la cuenta.

Finalmente en mi carro limpio mis lágrimas y decido ser la cordura de nuevo.

Que Estés                    ~pablizzaWhere stories live. Discover now