Capítulo 58

473 40 5
                                    

Narrador T/N:

Tres semanas más.

En las cuales desde que llegué a Mystic Falls todo a empeorado, no tengo razones para negarlo.

Lo único que hago es estar encerrada en la habitación, enojada conmigo y con Damon, ese idiota que me obligó a amarlo y dejar a Katherine, los remordimientos me consumen si no hubiera regresado seguramente Katherine y yo aún estaríamos juntas. Pero no, lo hice y mandé todo a la basura.

Ya que ando en modo sinceridad, tampoco negare que estoy enojada con ella, ni una llamada, un mensaje, nada.

Creo que es eso lo que realmente me tiene de mal humor, el no escuchar la voz de Katherine es lo que me tiene de esta manera.

Egoísta, sí lo sé, lo soy. Por un instante quiero estar cerca de ella mientras que de un momento a otro no deseo mirar su rostro ni en pintura.

Y si el hechizo del que tanto hablan realmente existe, quiero pensar que es por eso mi actitud y mis cambios tan repentinos.

Mis pensamientos se han visto interrumpidos por un toque en la puerta.

Pero según yo los chicos habían salido. Con esto me doy cuenta lo distraída que estaba pues no escuché cuando entraron.

T/N: Adelante.

Aquí vamos de nuevo, un sermón con reflexión.

Miré a la puerta esperando ver entrar alguno de ellos tal y como lo han hecho durante todos estos días.

La puerta se abrió por completo, miré de abajo hacia arriba lentamente, esos tacones negros con punta fina no eran estilo de Caroline y mucho menos de Bonnie, ese ajustado jeans negro no es un color que les agrade a las chicas y con esa chaqueta de piel que solo a alguien le queda tan perfecta, sé muy bien quien es sin siquiera ver aún su rostro.

Un escalofrío recorría por mi cuerpo, pero de esa manera satisfactoria, cómo en el momento que consigues lo que tanto deseas. No sé sinceramente como describirlo.

De una manera aún más lenta, dirigí mis ojos a su rostro. Nuestras miradas chocaron tal y como la primera vez, y puedo asegurar que me ha provocado las mismas y viejas sensaciones.

Sacudí internamente mi cabeza, intentando deshacerme de todo lo que mi mente recordaba.

Katherine: ¿Cómo has estado?

Dió unos pasos hacia mí, pero con duda, al parecer no quiere incomodar.

T/N: Excelente, lo sabrías si hubieras preguntado.

Ella no dijo nada, solo suspiro ante mis palabras. Y yo no pude evitar decirlo, realmente estoy un poco molesta, aunque ya lo he dicho miles de veces no tengo derecho alguno a estarlo.

Katherine: El que no haya hablado directamente contigo no significa que no estuviera al pendiente, los chicos han dicho que no sales de la habitación ¿Por qué? Y quiero una respuesta.

A veces olvidó lo irritante que llega a ser está mujer.

T/N: Es simple, no tengo humor de hacerlo.

Ella se acercó más.

Katherine: ¿Por qué?

Preguntó, pero no le preste mucha atención pues está se enfocó en observar como acomoda su cabello con una de sus manos, el cual en está ocasión estaba completamente lacio. Por qué todo le queda bien.

Katherine: Responde.

Y dale con lo mismo.

T/N: Ya te dije que no tengo humor ¿Cuál es el maldito problema con eso?

SIEMPRE FUISTE TÚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora