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Pasar tiempo en aquellos lugares felices cada fin de semana, les era costumbre, y está vez no sería la excepción.
Al ser menores de edad no se les permitía entrar, por ello, habían creado identificaciones falsas.
-¡Eso! -algunos miembros que estaban sentados en la mesa alzaron sus copas y brindaron, el alcohol ingresó en su sistema, haciendo que se suelten conforme pasaban las horas.-Mitsuya, ¿tienes más alcohol por ahí?-la voz de Draken hizo eco en la mesa de al lado, era un día memorable y no podía estar cuidando de Manjiro todo el tiempo, ¿no?
Tampoco Yasuhiro, quien estaba besando y toqueteando al gemelo feliz, aunque sea solo una reunión pequeña, la mitad de la ToMan estaba ahí. Muchos estaban dormidos en las mesas o sus asientos, otros estaban toqueteando el cuerpo de la persona que tenían al lado, y otros como Yasuhiro estaba besándole el alma a Nahoya, quien no se quejaba.
-Necesito una canción que me haga bailar-____, quien acababa de levantarse de la mesa, habló-
-¿Que estás por hacer, Satori?-la voz de Manjiro se abrió paso entre todo el bullicio-
-Nada, solo pediré al chico de la cabina que ponga alguna de las canciones que escuchaba antes, ya sabes, alguna en español- sonrió al acabar la breve explicación que le dio a su capitán, sentía que no tendría la oportunidad de bailar esa canción alguna otra vez.
Satori se acercó a la cabina y explicó al chico que atendía esta cual canción quería que pongan, todo esto era visto por Manjiro, quien no le quitaba la vista de encima, este solo hizo un movimiento de manos para que los demás capitanes dejen sus acciones de lado.
¿Que pasa, Mikey?-la voz de Draken se escuchó en el oído de Manjiro y este respondió-
-No lo sé, pero estén atentos en caso de tener que movernos, prestemos atención a Satori, puede que terminemos fuera del bar por su culpa-una pequeña risotada escapó de los labios de Baji, quien estaba atento y sabía lo que haría el pelinegro ajeno a él. Los demás capitanes solo fijaron su vista al frente, estando con la mandíbula algo tensa al haber escuchado aquella risa.
El sonido de la música se abrió paso en sus oídos, haciendo que por instinto sus cuerpos se tensaran. Los presentes que estaban regados en distintos lugares del bar, vieron extrañados al chico de la cabina, quien solo alzó los hombros restando importancia a la situación.
Señoras y señores Bienvenidos (welcome) al party Agarren a su pareja (por la cintura) Y prepárense Porque lo que viene no está fácil (no está fácil no) Yeah, eh
La letra hizo que todos se extrañen, sin embargo, siguieron prestando atención, ninguno entendía la letra, pero a sus oídos decían cosas buenas. Já, si supieran.
