Mi pequeño Alfa - H.A #16

18. El pequeño motivo

—¿Y dónde se supone que meterás a un dalmata, Sompob? Porque en la casa no entra —evidencia Dara irritada con las ocurrencias de su esposo.

Están en una tienda de mascotas puesto que finalmente la campaña de Off por tener una mascota ha dado frutos. Fueron a escoger todos juntos como la familia que son. Sin embargo para Dara ya no son dos padres con sus dos hijos, si no ella como la madre soltera con tres hijos que quieren adoptar a otro más.

—Compremos un conejo, así se parece a su dueño —Tay molesta a Off.

—Entonces debemos comprar un troll, para que se parezca a ti —saca su lengua, no importándole ser infantil con su hermano mayor.

—Una bruja para que se parezca a mamá —susurra cortando el ambiente tenso entre ambos. Los dos ríen ganándose una mirada extrañada de Sompob. «¿No qué estaban peleando?». Dara en cambio ya se acostumbró a sus cambios de humor raros.

Bueno, no es que precisamente la campaña de Off haya funcionado. Off había llegado a casa con una lagartija en su bolso exportada desde el jardín de su escuela y a Dara casi le da un ataque cuando le preguntó si podía quedársela. Pero ahora duda de si debió dejarlo conservar al animal, puesto que han hablado desde hámster y hurones hasta de cacatúas y seres mitológicos.

—Iré a comprar comida para la cena aquí al lado y si cuando vuelvo aún no se han decidido le compraré a Off un disfraz y el será la mascota de la familia, ¿Escucharon? —amenaza a su familia dejando a los tres con la mirada sobre ella. Honestamente Sompob se deja relajar, por un momento pensó que él sería quien debiera usar el disfraz.

Media hora más tarde todos iban en el auto molestos sin mirarse entre sí, pues no se habían logrado decidir por una mascota y ya iban a cerrar así que Dara los subió a todos entre quejas al auto. La carretera está algo oscura por ello no ven un bache que los hace sacudirse y con miedo detener el auto a un costado con los corazones a mil. Dara y Sompob comienzan una discusión a pesar de que es la primera quien está conduciendo. Tay y Off no les prestan atención al escuchar unos gemidos de dolor de un animal. Es el mayor quien se baja del auto con su corazón estrujado y su lobo soltando feromonas de miedo y preocupación al mismo tiempo alertando a sus padres.

—¡Mamá, papá! —grita con su hermanito corriendo tras él cuando ve a un perro echado en el pavimento gimiendo de dolor con su cuerpecito manchado en sangre.