𝐭𝐡𝐞 𝐛𝐚𝐬𝐭𝐚𝐫𝐝 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐬 -aemond targaryen-

capitulo 2

mi padre vivía en driftmark junto a su esposa Laena velaryon y sus dos hijas menores, cuando el rey envió la carta recibimos una respuesta días después.

Daemon, mi padre, llego un día después luego de un viaje en su dragón, caraxes. recuerdo espiar por una de las ventanas la llegada del hombre mientras el rey, la reina y la princesa iban a recibirle.

lo primero que note fue su desesperación, su insistencia en entrar el castillo para conocerme. pero Viserys le detuvo, debia contarle todo o al menos un resumen de lo que sucedió. luego de unos cinco minutos de charla, finalmente entraron al castillado. 

baje de la ventana y arregle mis vestimentas y cabello, el hombre corrió apurado, busco con su mirada hasta que sus ojos me encontraron. a pesar de saber que el era mi padre, no me acerque. lo único que compartía con el era sangre, pero no le conocía, no realmente. 

su agitada respiración se vio acompañada de una sonrisa, acción que pareció sorprender a los demás presentes. el hombre se acerco a mi, deteniéndose a un metro para arrodillarse. por su rostro parecía querer decirme muchas cosas, pero no sabia por donde comenzar.

--tienes los ojos de tu madre-- fue lo primero que sus labios dijeron. 

estiro su mano, de la cual saco su guante de cuero para posarla sobre mi mejilla. miro cara una de mis facciones como si quisiera recordarlas siempre, cerré mis ojos unos segundos y apoye mi mejilla en su mano, luego me aproxime a el, abrazándole del cuello.

(...)

mi padre exigió que el y yo debíamos tener una charla a solas, petición que le fue concedida. me invito a dar un paseo fuera del castillo.

tomados de la mano recorrimos algunos metros, parecía querer llevarme a un lugar.

--¿recuerdas..a tu madre?-- pregunto. 

--un poco-- respondí. 

--¿Qué hay de mi?-- pregunto. --¿recuerdas algo sobre mi?--

negué con mi rostro, pidiendo perdón por mi respuesta. 

--eras una recién nacida, no te culpes por no recordar--

--¿sabias de mi?-- pregunte.

Daemon asintió.

--no espero que lo entiendas ahora, Vitalys, y cuando tengas la edad suficiente te contare toda la historia. pero yo ame mucho a tu madre, y tambien a ti--

--¿entonces porque te fuiste..?--

--era mi deber, y Polarys lo sabia..--

--¿crees que por eso me abandono..?--

--no, ella no seria capaz de hacer eso. Polarys tenia mucha gente detrás suya, Vitalys. confío en que la decisión que tomo fue por tu propio bien, y si los dioses aun la mantienen con vida, prometo buscarla por los siete reinos--

entonces nos detuvimos, Daemon me hizo mirar frente nuestro, donde la presencia de un gran dragón se encontraba. mis ojos se abrieron de par en par, era la primera vez que veía uno así de grande tan de cerca.

mi padre me dijo que me acercara con cuidado, pero sin temer. y eso hice, le seguí el paso hasta estar cara a cara al dragón. el animal me miro, soltando aire por sus fosas nasales las cuales hizo que mi cabello y vestido se movieran. 

--uno de mis sueños era entregarte un huevo de dragón cuando nos volviéramos a reencontrar, y hare lo imposible por que así sea-- prometió. 

--¿tendré.. mi propio dragón?-- dije emocionada.

Daemon sonrió. 

--levanta tu mano y mírale con firmeza-- ordeno.

hice lo que el pidió, caraxes me miro unos segundos, sus ojos no se despegaban de los míos. pero yo no tenia miedo, me era imposible. admiración era todo lo que podía sentir, y creo que el valoro eso. acerco su cabeza a mi mano, dejándome acariciar su escamosa piel.