four

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Dibujaba un sol, justo en la esquina, con lentes precisamente para este.


Rió un poco, y se preguntó si alguien en el pequeño salón lo hubiera escuchado.

Porque él no lo hizo.

Pronto sintió dos leves punzadas en el hombro izquierdo, volteó a ver, era el chico de cabello azabache.

Ahora que lo miraba de frente pudo notar también sus ojos, que eran café brillante.

Él movió los labios, hablando, y Rodrigo sintió mucho miedo de la situación. ¿Cómo iba a decirle que era sordo? ¿Hablando?

Quiso llorar.

Pero en vez de eso, le pidió un segundo levantando su dedo, y escribió en su libreta, justo debajo del sol con gafas; soy sordo.

Y el chico habló en lenguajes de señas.

Rodrigo volvió a escribir apenado en su cuaderno; es mi primer día.

sordera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora