La broma perfecta

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Jakie era un chico de piel tersa y blanca, tenía un pelo rubio, una tierna cara y unos hermosos ojos azules, bastante tierno, pero que no te engañé con su tierna apariencia, por qué solo tenía un defecto, era travieso, adoraba hacer bromas pesadas a quien fuera, no importaba si eras de alto estatus o poco relevante, Jakie te hacía una broma si o si, fueran el actor más reconocido, Jakie te haría una broma, fueras la persona más pobre del mundo Jakie te haría una broma, era por eso que no tenía amigos, casi nadie le quería por sus bromas tan molestas y pesadas, solo una persona, Joe, Joe era todo lo contrario a Jakie, era un chico atlético alto y con muy buen cuerpo, era moreno y tenía unos rasgos faciales muy bien marcados, el era amigo de Jakie por qué era el único que se reía de sus bromas malas, pesadas y de poca gracia, Joe amaba ver a la gente molesta, huir de los guardias o de la policía cuando alguien los denunciaba, Joe adoraba el tiempo junto a Jakie, no podía decir más.

Otro día como tantos, Jakie estaba intentando hacer la vieja broma del balde de agua en la cafetería de su vecina, no sabía por qué pero la vieja siempre caía, terminó la elaborada trampa y fue a esconderse detrás de un arbusto para que el show comenzará, pero nunca llegó, en su lugar, vio a la anciana acercarse, y empujar la puerta con su bastón, dejando caer el balde de agua justo delante de ella - está vez no voy a caer Jakie- dijo burlona con la voz arrugada, tranquila pasó al establecimiento dejando a Jakie sorprendido, la vieja no había caído, . . . QUE MÁS DA, el era Jakie, tenía más personas a las que hacer bromas, pero ese día ocurrió lo inimaginable

- Esa ya me la se Jakie -

- No voy a Caer Jakie -

- No voy a permitir que me hagas la misma broma otra vez Jakie -

- Ni caí -

- Ya me hiciste una broma ¿recuerdas?-

Con cada broma que hacía a cada persona, parecía que todos ya se sabían cada uno de sus movimientos, cada persona esquivaba sus trampas y burlas, respondiendo al aire sus pensamientos, Jakie estaba destrozado, con lentitud y aturdimiento regreso a su departamento, estaba abatido, no podía ser ese el final de Jakie el bromista, nervioso fue a la cocina para ver qué trucos tenía, pero nada, la ansiedad no le dejaba pensar bien, quema batida en la cara, seguramente ya se la saben, pensó, así que la miró y en la boca se la echó, chicle en el cabello, también, lata de serpientes sorpresa, también, poco a poco fue dándose cuenta que era verdad, estaba perdiendo su toque, admitirlo fue la peor parte, abatido se tiró en el piso viendo la nevera abierta, su panza gruño, y se acercó gateando a la puerta del refrigerador, el nunca supo lo que lo impulso ese día a comer cada cosa de la nevera, cada helado o postre, cada comida o sobra, quise fue la ansiedad del momento, quizá fue el hambre, quién sabe, solo supo que despertó de un coma alimenticio con el estómago lleno hasta el tope, la cara llena de manchas de comida y la nevera vacía, y a partir de ese momento, el no paró de comer, tenía que hayar un modo de regresar a la sima como el mejor bromista, se pasaba las tardes encerrado pensando en ideas originales mientras comía, solo sabía que se metía cosas a la boca muy ricas, no sabía que tanto, solo sabía que sus ropas eran pequeñas para el, que su panza era más suave y grande, que se veía diferente, pero no sabía por qué, y le daba igual, no iba a salir de su casa hasta que tuviera la broma perfecta que lo regresara a la cima.

Jeo caminaba tranquilo por la ciudad, y eso fue suficiente para alterarlo, el nunca podía ir tranquilo por la cuidad, era amigo de Jakie pero esté siempre le hacía una broma, y ya había pasado demasiado tiempo en calma, eso quería decir que su amigo no estaba haciendo bromas, sin nadie gritando su nombre a los cuatro vientos, personas tranquilas y sonrientes, los policías libres y sin trabajo, algo estaba mal y lo iba a averiguar; fue corriendo al departamento de su amigo, y nervioso caminó por el pasillo hasta dar con su puerta, con insistencia tocó ( golpeó) la puerta gritando el nombre de su amigo, inmediatamente escuchó la voz de este respondes con un "YA VOY", pero sonaba diferente, no le hizo caso a ese detalle y con impaciencia observó como la puerta era abierta para revelar algo que le heló la sangre

One Shots Feeder ( Gay ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora