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Ume Zoldyck

Después de esa pequeña ceremonia, se organizó una cena sencilla.

Todos estábamos en silencio y el único sonido en la habitación era el de los cubiertos chocando contra los platos.

—La casa ya está preparada —habló Silva—. Después de la cena pueden irse
Varias de sus cosas están ahí.

Illumi asintió y volvió a comer.

—Deberás venir cada mañana a la mansión. Todo de ti es deplorable, necesitas educarte —dijo Kikyo.

—Bien, así tendrás más oportunidades de conocer mejor a tu familia —dijo Silva.

Milluki gruñó y Kalluto volteó a verme de soslayo.

Silva insistía en llamarme familia, y estaba segura que lo hacía de mala manera. Se burlaba de mí.

«Sí, más oportunidades de convivir con unos asesinos».

Después de eso, el resto de la cena pasó en silencio.

●☆●☆●☆●☆●

Illumi condujo hasta una casa que estaba dentro de la misma propiedad de los Zoldyck, no muy lejos de la mansión de su familia.

En todo el camino no hice más que repetir la escena de la muerte de mi tío en mi cabeza. La forma en que movió su boca tratando de decirme algo, sus ojos llenos de tristeza y desesperación, y el color que se desvanecía en su cara, incluso recordé la sangre que brotó de su cuerpo. Me preguntaba qué habrán hecho con su cadáver. Esperaba que no se hayan deshecho de él porque me hubiera gustado al menos darle un entierro digno y despedirme de él.

—Llegamos —anunció.

Miré la casa. Era muy grande para dos personas, pero no se comparaba a la mansión.

Bajé y empecé a caminar lentamente, dando pasos torpes y desequilibrados por los tacones.

Al cruzar la puerta de entrada y dar unos cuantos pasos más, sentí como Illumi me tomó de las piernas, la espalda y me cargó.

—B-bájame, puedo caminar por mi cuenta. —Me removí en sus brazos, queriendo que me suelte.

—Son muchas escaleras las que tendrás que subir y no quiero tener que esperarte —dijo y empezó a subir las escaleras.

Mientras subíamos, miré el lugar a mi alrededor, buscando posibles armas y formas de escapar.

—No lograrás salir de aquí. Incluso si te escapas de los sirvientes, hay un guardián dentro de la propiedad y más sirvientes cerca de la salida, que es la única forma de salir.

—Siempre hay formas de superar los obstáculos. Aunque me lleve años, encontraré la forma y me iré de aquí, ya sea viva o muerta.

Illumi me bajó al suelo y abrió una puerta.

—Si es lo que quieres, saldrás muerta, pero eso no será pronto. Después de 9 meses se decidirá qué hacer contigo.

—¿Y por qué esperar tanto?

Luego de pensarlo por un momento, me di cuenta de lo que insinuaba, y recordé las palabras de Silva.

"—Tendrás un hijo para ambas familias".

Volteé a ver la habitación y vi que ese era el dormitorio que sería para ambos.

Illumi me empujó al interior, y al estar aún con tacones, terminé cayendo al piso. Cerró la puerta con llave y la puso dentro de un cajón de un tocador.

Me levanté rápidamente y traté de pasar sobre la cama para ir al otro extremo de la habitación y encerrarme en el baño que había ahí, pero Illumi me sostuvo de los tobillos y me jaló hacia él.

Volteé mi cuerpo y pateé su pecho para alejarlo.

—¡No te atrevas a tocarme! ¡No me importa lo que diga un pedazo de papel, tú no eres más que mi enemigo! ¡Kurapika es mi novio y sólo él puede tocarme!

Illumi sonrió y luego empezó a reír con fuerza. Esa acción provocó que el miedo surgiera en mí, ya que era muy raro ver algún tipo de expresión en la cara de Illumi, y una risa era aún más raro y aterrador.

—¿Q-qué es tan gracioso?

—¿"Pedazo de papel"? Sí, puede que sea cierto, pero un juez firmó ese papel y por ley ahora eres mi esposa; Kurapika no es tu novio, sino tu amante, y es un hecho que terminarás dando a luz a un heredero para ambas familias, o más bien, mi familia, ya que los Ikeda ya no existirán.

Se acercó de nuevo, así que lancé una patada, esperando darle con el tacón del zapato, pero agarró mi tobillo en el aire y lo empezó a doblar, obligándome a girar todo mi cuerpo para evitar que me lo rompa.

Soltó mi tobillo, se puso entre mis piernas y pegó su pecho a mi espalda.

—Ahora perteneces a esta familia, me perteneces a mí. Nada de lo que digas cambiará eso —susurró sobre mi oído.

—¡Quítate de encima! —Eché mi cabeza hacia atrás, esperando golpear su cara, pero se alejó a tiempo y puso mis manos detrás de mi espalda.

Empecé a patalear, y por los movimientos bruscos terminé perdiendo las zapatillas. Aún así, no paré de patearlo y moverme.

Illumi se sentó sobre mis piernas para limitar aún más mis movimientos, y con su mano restante fue bajando el cierre del vestido.

—¡No! ¡Suéltame!

—Quieta o tendré que destrozar el vestido que mi madre te eligió.

Una vez que bajó el cierre, forzó el vestido a bajar, y para eso tuvo que soltar mis manos y jalarlo antes de que tuviera tiempo para sostenerlo.

—¡Si lo que quieres es un hijo hay otra manera de tenerlo! ¡Mi tía me habló de la inseminación artificial! ¡Sé que me odias tanto como yo a ti, así que de esa forma no tendrás relaciones conmigo!

—Es cierto que te odio —dijo al mismo tiempo que tiraba el vestido al piso—, y es por eso que lo prefiero de esta manera. ¿Qué mejor manera de humillarte tendría si no es esta? Si Kurapika se entera, te repudiará.

Desabrochó mi sostén y lo quitó con facilidad de mi cuerpo debido a que no tenía tirantes.

—Ten piedad, por favor. Me quitaron todo lo que tenía, ¿¡qué más quieres de mí!?

Agarró mis bragas y las hizo jirones. Luego me dio la vuelta a pesar de mis gritos, súplicas y golpes.

—No es suficiente aún. Ahora quiero más de ti. Quiero tu amor. Y no, no me refiero a la forma romántica. Quiero que te enamores de mí, qué tengas una dependencia hacia mí para así poder controlarte a mi antojo. Pude haberte controlado desde hace tiempo, pero me gusta el camino difícil y largo.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 |Yᥲᥒdᥱrᥱ Hιsokᥲ, Yᥲᥒdᥱrᥱ Iᥣᥣᥙmι, Yᥲᥒdᥱrᥱ Chroᥣᥣo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora