Cuando me encuentres (II)

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POV LEO

Las sábanas me pesan, con cada vuelta de doy siento que el corazón me va cada vez más deprisa. Me levanto dejando la cama desordenada, enfundándome los primeros pantalones que encuentro y dejando mi pecho al descubierto para ahogar el calor que siento.

Una cabeza se asoma por la puerta . Su pelo lacio le cubre los pechos, mientras se para en el centro de la estancia, frente al dosel que enmarca mi cama. Mara se ofrece a mí, como tantas otras veces antes de Lina lo había hecho. Y yo, complacido había aceptado a esa mujer exhuberante y hermosa que siempre me había atraído, pero no lo suficiente como para considerar que teníamos algo.

—Vete Mara, estoy cansado —le digo mientras me sirvo una copa del minibar que hay al lado de la chimenea. Las bases de Rusia son las mejores, al menos tengo que concederles eso.

—Hace mucho que no me llamas.

—Siempre te llamo.

—No de esta forma —dice mientras dirige una mano a su pelo apartándolo hacia atrás y mostrando sus pechos desnudos. Sus pezones endurecidos exhiben una evidente excitación, que no deja de demostrar al dirigir su mano derecha hacia su sexo, apartando sus bragas hacia un lado y abriendo los pliegues de sus labios rosados. Mara empieza a tocarse sin apartar su mirada de la mía, y aunque no puedo evitar mirarla, esto no es lo que quiero. Ya no.

—No me hagas repetirlo.

—Es por ella ¿verdad? —dice dolida mientras recoloca su ropa interior.

—Sí.

Para qué negarlo...no puedo pensar en otra cosa que no sea ella. La tengo tatuada en mi mente. Nunca antes había sentido este descontrol por nadie. Mis motivos para tenerla a mi lado fueron egoístas, no tengo ningún problema para admitirlo. Soy una mierda de monstruo, pero uno que ama y siente, aunque ella piense lo contrario. Hubo otras antes, pero siempre fueron un sucedáneo de ella. Nunca imaginé que nuestros caminos se volverían a encontrar, y cuando lo hicieron, no pude dejarla ir. Siempre me odiará por ello. Por arrebatarle su vida, su estúpida normalidad. Yo la podría ofrecer el mundo, joder.

—Vete Mara.

Espero que esto no me cueste perder a mi mano derecha dentro del escuadrón. Abandona la habitación dejando pasar a otra persona. Esta noche parece que no va a terminar nunca...Mi hermano se cuela, alzando una ceja cuando ve salir a mi subordinada desnuda.

—No ha pasado nada.

—No he dicho eso.

—Pero lo estabas pensando.

—No soy quien para decirte cómo tienes que comportarte con tus soldados.

—No, no lo eres, y si te parece mal como dirijo, haber asumido tú el mando cuando te correspondía, ahora soy yo el que tiene que cargar con toda esta mierda y encima también con tus miradas de reproche.

Sé a lo que ha venido Mario. La misión de entrar en la base militar de Morgan en Rusia fue algo improvisado. Cuando tuve las coordenadas les ordené prepararse para un asalto, pero no di tiempo a que hicieran preguntas. Desde luego fue una sorpresa para mi hermano encontrarla allí.

Pensé mucho sobre todo lo que se nos venía encima. Las órdenes eran restaurar el orden, acabar con Alexei que amenaza con destruir los acuerdos internacionales de las grandes organizaciones del mundo que controlan el poder. Mafias. Están metidas en todas las políticas de los países, sobre todo en el tráfico de armas. Y Alexei pone en peligro mucho dinero, además de provocar una posible guerra que no acabaría bien para nadie.

Era la única forma de mantener el control. De esta forma tengo a Borotoj asegurado, y también la tengo a ella. No encontré una manera mejor para hacerlo. Si mantenerla a salvo me costaba una alianza con Morgan, eso es lo que haría.

—No me gusta verla con él —dice mi hermano. —No me gusta en general verle a él.

—Opino igual. No descartaba volver a encontrarnos con él, pero verle con ella ha sido demasiado. ¿Crees que podemos confiar en que esté a salvo?.

—Sí. Morgan no es peligroso. No para ella al menos.

—¿Pero sí para nosotros verdad?

—Después de lo de Joe siempre me mantuve alerta por si volvía a por ti.

—No digas su nombre —le espeto a mi hermano.

El dolor que había apartado de mi mente hacía años, ha vuelto más rápido y fuerte de lo que recordaba.

—¿Por qué te estás comportando como un idiota con ella?

—¿De verdad me estás preguntando eso hermanito?

—Ya bastante nos odia por lo que la hiciste. No hace falta que cada vez que la ves hurgues en la herida y te comportes como un gilipollas.

—¿Aún la quieres? —No me puedo creer que le esté preguntando esto a Mario. Pero ahora ya no está en nuestras manos. Y creo que es hora de poner las cartas sobre la mesa. Este es un juego peligroso, y ahora que tenemos a Morgan acechando, no es bueno que las diferencias con mi hermano por ella nos hagan dudar el uno del otro.

Mario no se pone a la defensiva como esperaba. Al contrario, con un temple admirable y la mirada fija en la mía, asiente. Sabe que tenemos que estar del mismo lado en esto.

—¿Y tú?

—Nunca dejaré de quererla —admito con palabras cargadas de una sinceridad que hace años no muestro con mi hermano.

Bien. Ahora todo lo que sospechábamos pero nunca nos habíamos dicho ha quedado al descubierto.

—Acabaremos con Borotoj, ¿Y después qué Leo?

—Después ella será nuestra.

—Ella nunca ha sido nuestra.

—En eso te equivocas hermano. Ella siempre fue y será nuestra. Es una realidad de la que sabe que no puede escapar. Déjala libre, déjala ser feliz cómo y donde quiera, pero he visto en su mirada cómo sigue ansiando tu contacto, y también he visto tras todas las capas de odio y rencor con las que me mira, que sigue sintiendo algo a lo que no sabe poner nombre. 

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Hola!!!! ¿Qué os ha parecido este capítulo? ¿Qué pensáis de Leo? ¿Creéis que realmente la ama? UFFF es para pensarse la respuesta jejeje. Todo puede pasar. Esas mente son demasiado oscuras como para desentrañarlas, pero lo intentaré.

Como siempre os agradecería que votarais este capítulo en la estrellita. Un saludo a todos los que seáis nuevos! espero que os esté gustando la historia. Sois bienvenidos a comentar y a dejarme por escrito de qué team sois hasta ahora. Team Mario? Team Leo? Team Morgan?. O sois como yo? = TEAM COCO jajajaj