𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 DOS

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──¡Atrapen a esa mujer!, ¡quiero que traigan su cabeza a Rosselia, sin importar qué o sin importar quién, pero déjenme aclararles una sola cosa

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──¡Atrapen a esa mujer!, ¡quiero que traigan su cabeza a Rosselia, sin importar qué o sin importar quién, pero déjenme aclararles una sola cosa...! ──tenía en frente de ella a demasiados hombres, todos y cada uno de ellos vestían con el uniforme del ducado de Argos. No había nada más aterrador que la Duquesa, eso creían. La mirada de Nurbanu estaba gritando estar llena de enfado──...a la hija de esta casa no le harán ni la más mínima herida. Ella es una Rosselia, ella es hija de su señor. Mi hija por igual ¡y su princesa!

──¡Si señora! ──gritaron al mismo tiempo.

El gran cuerpo de soldados de Rosselia se movilizó al instante. Cubrieron cada rincón, cada límite y cada parte de la región del Imperio de Argos sin siquiera localizar a Sierra y a la princesa Beatriz.

Nurbanu tomó la cuna y arrojó la misma con fuerzas haciéndola trizas.

──Mal nacido. ──maldijo.
El Príncipe Selim observaba a su madre desde la entrada──. Selim...

──Mi hermanita. ──exigió el saber. La Duquesa dejó en libertad un pesado suspiro y se armó de valor para confesar el acontecimiento a su hijo mayor──. ¿En dónde está, madre?

──No lo sé. ──respondió.
El corazón del heredero del ducado Rosselia se estrujó a tal punto de que él llevara su mano a la altura del mismo──. Desapareció. Ella...y Sierra. Desaparecieron.

──Tienes que hacer algo. ──pidió con desesperación──. Tienes que traerla de regreso. Ella tiene que estar asustada, tiene que tener hambre...frío... ──sus ojos se cristalizar eh hicieron de la Duquesa una mujer aún más débil──...mi hermanita.

──Ella regresará. ──aseguró la madre tomando al mayor de su hombro──. Es una Rosselia, tarde o temprano va a tener que volver a esta casa y a esta vida.

Fue la primera vez que Nurbanu permitió que su hijo llorara en su vientre. Desahogara la tristeza hasta estar en calma y poder respirar nuevamente sin sentir el fuego del dolor quemar su corazón y su alma.

La cuna se rompió, tal vez su ira fue excesiva. Esa niña tuvo que prevalecer a su lado, hubiera sido perfecto.

Ahora solo queda un heredero.

Rosselia se hundirá en una oscuridad densa. Su princesa fue raptada, su príncipe fue herido...la señora del ducado no va a quedar de brazos cruzados toda la vida, porque aunque le lleve décadas traerá aunque sea a la descendencia de Beatriz...si es que logra sobrevivir al mundo junto a su mal nacida madre.

──Ssh. ──Sierra intentó calmar el llanto de su bebé meciendo su cuerpito con delicadeza. Alrededor de ellas la situación era caótica.
Subió a un barco, sin siquiera saber dónde sería su destino. Arribó a un lugar desconocido, con manos vacías sin dinero y sin siquiera alguien donde refugiarse...ella y su hija habían caído en un reino lejano, abandonadas por Dios y maldecidas por todo un territorio──. Beatriz, no, Penelope. ──era hora de reenombrarla. Sierra siempre soñó con tener una hija y llamarla "Penelope", este momento lo ameritaba──. Prometo que trataré de darte una vida aquí. Seremos felices, hija mía.

La vida jamás iba a sonreírle a Penelope porque estaba predicho su destino trágico.

──Ven conmigo. ──esas dos palabras darían inició a la historia.
Unos brillantes ojos que parecían haber sufrido tanto, la imagen de un hombre esbelto, alto y de bonitas iris azules...el Duque Eckart. Penelope reconocía el emblema de la noble casa ducal más famosa, más fuerte, más rica del imperio──. ¿No te gustaría salir de las calles?, sé entonces mi hija.

Transcurrieron ocho años.
La vida que Sierra le prometió a Penelope al llegar jamás se hizo realidad. Fue una vida infernal. Tal vez era momento de hacer lo que la vida en un principio había determinado: abandonar todo.

No era destino de Penelope ser Penelope. No era destino de Penelope ser una Eckart. Todo esto fue por culpa de una mujer abariciosa...jamás se lo perdonaría su supiera la verdad detrás de su brillante cabellera.

──Sí. ──aceptó su mano luego de pensar la decisión que tomaría──. Seré su hija.

Los finales felices para las villanas no existen.

El destino final de esta villana es la muerte. ¿Existe una salida a todo esto?, era lo que ella misma se preguntaba mientras la mesa tenía un silencio de sepultura.

──Come. ──el Duque fue atento. Regalos. Comida. Ropa. Cama...todo lo que soñó lo tuvo en un abrir y cerrar de ojos──. Tienes que alimentarte bien para poder estar fuerte.

A principio pensó que ese hombre realmente la quería. Con los años solo supo entender que era «el reemplazo»

──Beatriz...

Y con el tiempo descubrió la verdad.

──Finalmente, después de tanto tiempo. ──cabello rosa, ojos esmeralda, tez blanca...¿eran sus caracteres?──. Creí que nunca volvería a verte otra vez. ──arriba suyo la luz que destellaba era cegadora. El infinito (∞) ¿que personaje fue capaz de llegar a alcanzar los sentimientos infinitos?, nunca, en la historia del juego, nadie fue capaz...

──¿Quién...quién eres?

Penelope jamás sabría que esos sentimientos han estado allí desde su nacimiento. Sí hubo alguien que la amó, que la amará y que siempre lo hará estando o no presente en su vida. Esa persona era Selim, su hermano mayor.

──Mi nombre es Selim Rosselia. Soy el hijo heredero del ducado Rosselia, del imperio de Argos.
Tú, Beatriz...eres la princesa que fue raptada y a la cual hemos estado esperando por tanto tiempo.

Nada era normal.

Penelope no entendía de dónde salió esta clase de historia nunca antes vista en el juego.

¡ENHORABUENA!

La pantalla del sistema apareció en frente de su cara.

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"¡¿La hija de qué...?!"

❝FAMILIA ROSSELIA ────𝘁𝗵𝗲 𝘃𝗶𝗹𝗹𝗮𝗶𝗻'𝘀 𝗲𝗻𝗱 𝗶𝘀 𝗱𝗲𝗮𝘁𝗵✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora