"Rescatada por un príncipe"

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- No puedo creer que el ejército israelita haya enviado a una mujer como espía a un cuartel filisteo -dijo un soldado hablando en supuesta voz baja-


- Ese rey que tienen es muy ingenuo, no tiene idea de lo que hace, ni siquiera tiene un ejército armado, ¿qué esperaban de un rey inexperto? -contestó otro-


"¡Hola! Estoy aquí, puedo escuchar todo lo que dicen..." -pensaba Tori- "Espera un minuto... estoy en ¿un cuartel filisteo? ¿Acaso es el cuartel que se relata que Jonatán atacó y destruyó?"


De pronto, un soldado filisteo entró en la cueva y dijo:


- Vienen dos soldados israelitas y están comenzando a subir.


Cuando Tori escuchó eso le dieron ganas de gritar por la emoción... Ella sabía perfectamente quiénes eran esos israelitas: el príncipe Jonatán y su ayudante.


Pasaron varios minutos, Tori podía escuchar el sonido de espadas chocando, algunos gritos y finalmente algunas caídas, pronto, sólo había en la cueva 3 soldados filisteos, 2 de los soldados salieron, pero no volvieron... el último soldado salió y Tori solo escuchó una gran caída...


De pronto, entró en la cueva un joven, era alto, con un cabello ondulado color castaño, ojos color miel, su ropa era de color rojo con un cinto para sostener la espada, detrás de él entró otro joven, y aunque ninguno de los dos tenía armadura, no tenían ninguna herida.Enseguida Jonatán se acercó a Tori y la desató mientras le decía:


- ¿Te encuentras bien? ¿No tienes ninguna herida?


- E-estoy bien... gracias ¿Puedo saber cómo te llamas? "Obviamente él se sorprendería mucho si le digo que sé su nombre" -pensó Tori-


- Soy Jonatán, de Israel ¿Cuál es tu nombre y de dónde eres? porque no pareces filistea, pero tampoco israelita.


- Mi nombre es Tori, y... soy de... "ahhh de dónde puedo decir que soy porque no tendrá idea del lugar del que estoy hablando..." un reino muy lejos de aquí... pero siempre había querido visitar el territorio de Israel, me sorprende como Dios los cuida de sus enemigos y los bendice.


- Así que... ¿conoces al Dios de mi pueblo? -dijo Jonatán sorprendido-


- Sí, de hecho, creo en él, y decidí entregar mi vida a él, pues descubrí que él es único y verdadero Dios que existe.


- Me hace muy feliz saber que incluso en lugares tan lejanos se habla del Dios de Israel, y también me sorprende el saber que decidiste creer en nuestro Dios.


El joven ayudante de Jonatán se había quedado en la entrada de la cueva, vigilando:


- Señor, es mejor que nos vayamos de aquí, si su majestad se entera de que estamos aquí de seguro se enojará.


- Está bien -contestó Jonatán- ¿Por qué no nos acompañas? este puede ser un lugar peligroso, sobre todo porque es un campamento enemigo, al llegar al campamento israelita puedes ir a donde quieras.


- Muchas gracias, los acompañaré -dijo Tori-


Tori estaba muy feliz, no sólo había conocido a otro de sus personajes favoritos, sino que también la había rescatado.

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