Capítulo#3. ¿Todo Esto lo Causé Yo?

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Al notar que no cargaba mi reloj, ni mi celular, no pude evitar recordar el sueño.

Césped húmedo. Cielo oscuro. Y la brisa escalofriante. ¡PUM! Todo cambió. Cielo claro y las risas de nosotros de pequeños resonaron en mi cabeza.
De un momento a otro no podía controlar el llanto. En mi mente sólo reposaba la última imagen que mis ojos grabaron de Sammy. Sufriendo.

Al volverse a tornar todo oscuro, me dispuse a enfrentarme a Sammy. Me di la vuelta, pero... no encontré a nadie.

-¿Sammy?- pregunté temerosa.

-Sheila...- el susurro de Sammy resonó sólo en mi cabeza.

-Sammy, ¿qué está sucediendo?- pregunté asustada, de nuevo.

-Sheila, ven. No me abandones de nuevo.-

Esas fueron las palabras más tristes que había escuchado en mi vida.

Dios mío, Sammy había sufrido algo terrible y yo no entendía nada. Por alguna razón me sentía extremadamente culpable; por lo que no dudé ni un segundo en ir siguiendo su voz para poder abrazarlo fuerte.

El llanto se apoderaba de mí, la culpa me consumía.

Al llegar a su encuentro, no pude evitar repugnarme. No por él; él era un amor. Sino por cómo lo tenían; fuese quien fuese.

Estaba desnudo, aunque la suciedad, la sangre, y la oscuridad, no me permitían visualizar más que un cuerpo deformado y maltratado.

-Hola, querida amiga -dijo él, cabizbajo, como siempre.

-¡Sammy, por Dios! ¡¿Qué es lo que te han hecho?!- chillé.

-La pregunta es... ¿Qué es lo que tú me has hecho?

-¿Yo? ¿Cómo que yo?- me alteré.

-Sheila, si nunca te hubieses alejado de mí, ellos nunca me habrían hecho ésto -dijo cambiando el tono a uno muy relajado a pesar de tener pinta de moribundo.

-Pero... ¿Qué tengo que ver yo?

-Mucho, Sheila. Tú y yo establecimos un vínculo muy sólido y literalmente nos conectamos. El día que me abandonaste y apareciste al día siguiente, ellos vinieron por mí. Antes de ser admitido en el mundo mortal, ellos me advirtieron que si me encariñaba con algún humano, no podría separarme jamás de él... o si no, vendrían por mí. Suena injusto, sí, ni que lo digas... pero resulta que allá no funcionan las cosas como aquí. En fin, seré más directo. No sólo te alejaste de mí, sino que tampoco volviste jamás. ¿En serio? Sheila. ¿Tenían que pasar 3 años para que volvieras? Dime, ¿qué te hizo volver?... ¿Recibiste mi mensaje?

Nota: siento que haya sido tan corto.

¿Jugamos?Where stories live. Discover now