|4|Día Gris.|

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Spelldon se despertó al día siguiente sintiéndose desorientado. Cuando abrió los ojos, lo primero que vio fue la figura de Valentine durmiendo a su lado por lo que Spelldon sonrió feliz, creyéndose aún en sueños y envolviendo en sus brazos el cuerpo más pequeño.
Nadie podía culparlo, pues solo en sus sueños se había visto en una situación así con el vampiro. Con ternura admiro el rostro de su amado: las pestañas largas y oscuras, su piel suave y pálida y aquellos rebeldes mechones oscuros que caían por su rostro; sin mencionar que esté se encontraba desnudo siendo cubierto solo con una sábana de la cintura para abajo dejando su pecho al descubierto.

Mientras quitaba suavemente aquellos cabellos del bello rostro del chico tratando de no despertarle, los recuerdos de lo ocurrido el día anterior lo golpearon de golpe borrando le la sonrisa del rostro. Su mano se retiró del vampiro mientras los recuerdos de los acontecimientos que los habían llevado hasta ahí pasaban veloces por su cabeza: El blog de Spectra, Valentine en los corredores, las lágrimas rojizas, aquella mirada anhelante, sus manos recorriendo la pálida y tersa piel y los suaves gemidos que repetían su nombre.

Aquello era real. Ellos se acostaron juntos; él se aprovechó de su mejor amigo.

El miedo y la desesperación se fueron haciendo presentes acompañados por un dolor en el pecho que se volvió más profundo cuando los ojos rosados de su acompañamiento se abrieron lentamente.
El vampiro había despertado de su sueño y ahora le miraba confuso.

- ¿Spelldon? -Pregunto con voz ronca, aunque estando algo adormilado.- ¿Qué haces en mi cama?.

Hizo esfuerzo por incorporarse pero solo frunció el ceño y se dejó caer otra vez a la cama, está vez mirando al techo.

- ¿Estás bien?, ¿Tienes mareos?.

Pregunto el brujo recordando el malestar del vampiro el día anterior.

- No, está vez no es un mareo. Es...otra cosa.

El sutil sonrojo le hizo saber al brujo que era esa "otra cosa" que había molestado al vampiro y también que este ya comprendía lo que pasó entre los dos y el hecho del porque estaba en su cama.
Spelldon quiso imitarlo y girarse para mirar solo al techo pero sentía que si hacía cualquier mínimo movimiento, algo malo iba a pasar, aunque eso no tuviera sentido.

El silencio se volvió incómodo pero el vampiro no parecía querer romperlo estando perdido todavía en sus pensamientos, y él no se sentía lo suficientemente valiente como para sacarlo de ahí.

- Entonces eso fue lo que pasó, ¿eh?

Para su fortuna fue su compañero el que se decidió por hacer aún lado sus pensamientos y afrontar la situación tan incomoda de una vez.

- Val yo... Tú... ¿Lo recuerdas?

- No. Puedo recordar partes de nuestra conversación de ayer pero en un punto todo se vuelve borroso y después ya no recuerdo nada.

- Kieran no sabes cuánto lo siento, no debí...

Su voz se quebraba poco a poco con cada palabra que pronunciaba, pero su disculpa fue detenida abruptamente ante la mirada molesta de su amigo.

- ¿Porqué exactamente te estás disculpando, Spell?

Spelldon se confundió con la pregunta del vampiro.

- Valentine tu sabes perfectamente la respuesta. No entiendo muy bien lo que pasó ayer pero tú no estabas en todos tus sentidos y yo no detuve la situación.

- Exacto Spelldon, nosotros no estábamos en nuestros cinco sentidos. Ambos nos emborrachamos.

- ¿Emborrachamos?

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⏰ Last updated: Jan 13 ⏰

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