Cuatro

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Acomodó sus lentes la señora clementina, está apunto de pensionarse, ha trabajado durante 10 años en la prisión en la unidad de salud mental y de vez en cuando tiene casos curiosos pero jamás esperó que el recluso más peligroso estuviera en su oficina una mañana con sus muñecas esposadas porque tiene una crisis acerca de su identidad sexual.

— ¿Estás aquí? ¿Por qué?—Acomodó sus lentes

El italiano puso los codos sobre el escritorio—Me folle la boca de mi compañero de celda y me gusto demasiado— Fue directo, claro y sinvergüenza

— ¿Te refieres al sexo oral?—Preguntó la señora clementina, sin ponerle tabú a la situación. El rubio asintió, ella cerro su laptop, no haría un informe sobre esto. Es ridículo— ¿Que tiene exactamente de malo?

—Que yo soy heterosexual

—Bueno, la cárcel pone en límites a los individuos, en cautiverio, peligro, los vínculos efectivos, la abstinencia. Muchos hombres eran heterosexuales antes de entrar a la prisión, incluso es un fenómeno que se ve en la marina, En el ejército más, si hay escasez de mujeres

—Yo soy heterosexual ―volvió a decir las mismas palabras, que anteriormente había dicho

—Nadie lo es...—Se encogió de hombros

—Yo soy heterosexual...—Repitió otra vez con completo indiferencia

—Griegos, samuráis, romanos y espartanos. Todos ellos tenían amantes hombres, era demasiado común y era visto como sinónimo de masculinidad, especialmente en batalla donde tu amante te cuidaba la espalda. Antes el concepto y etiqueta de homosexual, no existía, menos las orientaciones sexuales, antes de la religión, el cristianismo y el estigma. Cada quien hacia lo que deseara, con quien lo deseara. No obstante al parecer para ti es muy importante la Heterosexualidad.

—Si, en el mundo de la mafia, lo es.

— ¿Crees que ser heterosexual, es sinónimo de masculinidad? ¿O es la palabra marica la que te molesta?

Arrugó su entre cejó, se acomodó en la silla y subió sus pies descaradamente en el escritorio—No lo había pensado de esa forma. Tal vez, eso no es lo que me molesta

— Entonces... ¿Qué es?

—Jungkook, ese japonés. Lo odio, mi cuerpo es tanta fóbica, que después de hacerlo, sentí náuseas.

— ¿Náuseas?—De repente se vio muy interesada—Eso es curioso... ¿Por qué lo odias tanto?

—Me quitó lo más valioso que tenía, mi libertad. Él llegó a uno de mis casinos, unos ocho años atrás, vestido con un Kimono negro. Parecía el mismo ángel de la muerte, un líder Yakuza demasiado joven, ofreciéndome un negocio. No solía hacer tratos con los Yakuza pero supongo que tenía curiosidad. Se convirtió en mi socio tiempo después y llegue a considerarlo un amigo, hasta que un día me traicionó, me entregó a la ley y se escapó con todo mi dinero. Fin de la historia

— ¿Nunca tuviste una atracción sexual por él, en ese entonces?

—No—Dijo de inmediato—No...—Repitió.

Inclinó su cabeza a un lado, rascó su barbilla—Creó... Mi atracción hacia él, no es la misma que siento al ver a una mujer hermosa, nunca lo fue.

— ¿Entonces?

— ¿Emocional...?—Lo pensó mejor—Es como si el hijo de puta, estuviera hecho a mi imagen y semejanza, nos parecemos tanto, que encajamos como las dos últimas piezas de un puzzle y a la vez tan diferentes que por eso nos queremos matar el uno al otro, y ahí en el medio de esos sentimientos y emociones es cuándo me pone caliente

Valla que esto es algo que nunca antes había visto— ¿No crees que deberías hablar con él, de cómo te sientes?

—Prefiero pegarme un tiro en la cabeza.

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Peino su cabello azabache para atrás. Su garganta y cuello están llenos de horribles hematomas morados y verdes por diferentes partes. Los dedos y manos del Italiano están impresas en su cuello, sus labios están rotos e irritados, incluso hay una inflamación muy notable afuera de la comisura de sus labios. Se sentó en la cama de su celda, saco debajo de la almohada la mitad de un cigarrillo, lo encendió con un encendedor.

Taehyung entró a su celda, evitando miradas y palabras incómodas. Hablar de lo que pasó solo haría las cosas más difíciles, metió las manos en su bolsillo— ¿Estas drogado? Tus ojos están rojos

—No...—Soltó el humo entre sus labios—Hace cinco minutos lo estaba.

— ¿Donde la conseguiste?

— Alguien me las regalo. Es para el dolor

—Solíamos venderlas. ¿Sabes cómo funciona? La primera prueba es gratis, y luego ya eres adicto a esa mierda. Cuando no tengas con que pagar ¿Qué vas hacer? Jamás pensé que la cárcel te jodería tanto, pensé que eras más fuerte Jungkook

Deslizó su mano por su melena, llevando sus cabellos hacia atrás— ¿Por qué? Porque estoy a un paso de volverme un puto adicto o porque te chupe la verga—Taehyung apartó la mirada—No finjas que te importo—Se levantó de la cama

— ¿Ahora a dónde vas?

—Por más ¿No es obvio?—Se dirigió a la puerta de salida, el rubio tomó su muñeca, deteniéndolo— ¿Qué?—Volteó

— ¿Cómo puedes ser tan idiota? ¿Sabes que harán esos idiotas cuando no tengas dinero para pagar? No te has visto al espejo, te van a pedir que te prostituyas y tú lo harás porque serás una puta adicta que se arrastre por heroína.

—Ya. ¿Entonces quieres que te la chupe sólo a ti?—Sonrió cínico

El rubio apretó su mandíbula, tomó el cuello del rubio y lo arrastró a una de las paredes—Solíamos ser socios, dinero, poder, mujeres. No estaríamos aquí, si no me hubieras traicionado, tampoco me hubiera sentido tan tentado de follarte la Boca y tú no estarías hasta las trancas de heroína

—No éramos socios. Siempre fui menos que tú, el rey de la mafia italiana y su mascota, la perra faldera que le olía los testículos, incluso aquí adentró todos siguen pensando que soy tu puta. No soy un accesorio.

—Yo nunca te vi como mi accesorio, eras mi mano derecha y aunque la traición en el mundo de la mafia es normal, jamás lo esperaba de ti, yo confiaba en ti

—Está claro que no debiste confiar en mi—Quitó las manos del rubio de su Cuello—Si te hace sentir mejor. Perdón ¿Contento?

Taehyung apoyó su frente en la clavícula del japonés—Eres tan cínico de pedir perdón tan tarde—Alzó la vista y tomó las mejillas del japonés subió la mirada—Si vuelves a traicionarme, te juró que te mataré ¿Entiendes?—Se acercó al rostro del japonés, este apartó la mirada.

—Arde. Mis labios arden, no me beses

Frunció su ceño— ¿A ti quien te dijo que te besaría?—Apretó el rostro del japonés—Si vas a estar de mi lado, será bajo mis reglas.

—Me encantaría romper tus reglas





agradecer a agatavioleta





Si me risa el taehyung, pero después va ser un berrinche.

PANDA, se va jajajaj

Amor y cárcel │TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora